El lanzamiento de Tropicoqueta, el nuevo álbum de Karol G, ha generado gran expectativa en el mundo de la música latina. La artista colombiana había alimentado rumores desde 2023, y finalmente, en junio de 2025, presentó su proyecto que no solo destaca por su estética, sino que también rinde homenaje a una parte fundamental de la cultura latinoamericana: las vedettes. “Empezó como un deseo en agosto de 2023”, confesó Karol en sus redes sociales, mientras compartía que había dejado pistas desde el lanzamiento de “Si antes te hubiera conocido” en 2024.
La transformación de Karol G es notable. Desde sus inicios como “la bebesita”, pasando por “La Bichota”, ahora se presenta como “la Tropicoqueta”. Al respecto, Thalía dice en la apertura del disco que este cambio es una evolución significativa. Pero, ¿quién es realmente Tropicoqueta? La respuesta va más allá de ser un simple personaje; representa a todas las mujeres latinoamericanas, especialmente a aquellas que han brillado como vedettes, figuras a menudo subestimadas en la historia cultural de la región.
Este año, varios artistas latinoamericanos han comenzado a regresar a sus raíces. Natalia Lafourcade, por ejemplo, exploró ritmos tradicionales en su álbum “Cancionera”, mientras que Cazzu se alejó del trap para sumergirse en géneros como la cumbia y el tango. En este contexto, la propuesta de Karol G con Tropicoqueta se enriquece, ya que abarca una variedad de géneros como el vallenato, la bachata, el mambo, la cumbia, la salsa y la ranchera, todo ello enmarcado en una reflexión sobre la feminidad latina.
Las vedettes, por su parte, tienen una historia rica y vibrante. En el París del siglo XIX, los cabarets se convirtieron en el escenario perfecto para que estas mujeres brillaran, fusionando su talento como bailarinas, cantantes y actrices. Vestidas con plumas y tocados glamorosos, las vedettes se convirtieron en símbolos de la seducción y la energía femenina. Este movimiento llegó a Latinoamérica, donde figuras como Esperanza Iris comenzaron a dejar huella, pero sería en las décadas de 1940 y 1950 cuando estas artistas alcanzarían su apogeo en la industria del cine mexicano.
Karol G ha rendido homenaje a estas mujeres desde el inicio de su carrera. Para la creación de Tropicoqueta, contó con la colaboración de Arturo Rico, historiador y creador del proyecto “Ficheraz”, que se enfoca en el archivo de vedettes y artistas de cabaret. Rico menciona que el objetivo fue “no solo usar ropa bonita, sino que también tuviera sustento”, integrando diversas referencias culturales que enriquecen el álbum. En su declaración a Vogue, explica que el proyecto busca modernizar la imagen de las vedettes para adaptarla al personaje contemporáneo de Karol G.
Las referencias a estas artistas son sutiles pero poderosas. En el video de “LATINA FOREVA”, por ejemplo, Karol G lleva un bikini verde con pedrería que perteneció a la famosa actriz mexicana Rossy Mendoza. En otra secuencia, luce una falda con maracas, un guiño a los vestuarios de María Antonieta Pons, otra icónica vedette. Estos elementos no son al azar; Rico explica que las vedettes eran “música viva”. La conexión con el pasado se hace evidente cuando Karol G utiliza un cinturón de congas en su video promocional, evocando la esencia de Iris Chacón, quien fue famosa por su interpretación de “El manisero”.
A lo largo de su carrera, Karol G ha demostrado su capacidad para conectar con el público a través de un espectáculo íntimo y poderoso. Durante su gira “Mañana Será Bonito World Tour”, la artista se presentaba sola en el escenario, llenando estadios con su energía y presencia, un reflejo de la fuerza que caracterizaba a las vedettes. Este vínculo se reafirma en la portada del álbum, donde Karol G posa sobre congas, vestida con un diseño exclusivo de la marca guatemalteca Luna de Pinal.
La estilista Stephania Yepez fue la encargada de dar vida a la imagen del álbum, utilizando accesorios de marcas latinoamericanas para transmitir la esencia del proyecto. Yepez afirma que Tropicoqueta es “una celebración de nuestra nostalgia, de esas divas y vedettes que marcaron generaciones”. Este álbum no solo es un homenaje a una estética, sino una reafirmación de que las vedettes fueron más que un espectáculo; fueron un símbolo de resistencia y libertad.
Las vedettes alcanzaron su pico de popularidad en las décadas de 1960 y 1970, coincidiendo con la revolución sexual que permitió una nueva conversación sobre la sexualidad femenina. Este contexto es fundamental para entender el rol de las vedettes como representantes de una autonomía corporal que desafiaba las normas sociales de género y decoro. En este sentido, la voz de Karol G resuena con fuerza, abordando temas de deseo y autonomía desde sus primeros trabajos hasta Tropicoqueta.
En la investigación de su álbum, Arturo Rico invita a reflexionar sobre la percepción de las vedettes. “Decir que fueron solo ‘sexualizadas’ es una visión limitada”, sostiene. Estas artistas enfrentaron censura y vigilancia moral, y su legado debe entenderse como una forma de performance contracultural. En este sentido, Tropicoqueta no solo celebra a las vedettes, sino que también invita a una reflexión sobre la identidad y el lugar de la mujer en la cultura contemporánea.
Así, al preguntarnos quién es Tropicoqueta, la respuesta se amplía. Karol G no solo encarna este personaje, sino que establece un puente con una parte de la feminidad latina que debe ser reconocida y honrada. Aunque no todas las mujeres latinas se ajusten a un estereotipo vibrante, nuestras raíces están presentes. Al reconocer y celebrar a las vedettes, se recuerda que su legado es más que una estética: es un acto de cultura, resistencia y libertad.
