La situación del sistema de salud en España presenta un desafío significativo: aunque el número de médicos colegiados ha aumentado, las condiciones laborales y la falta de contratos atractivos están generando una crisis en varias especialidades. Según un informe del Instituto Nacional de Estadística (INE), a finales de diciembre de 2024, el total de médicos colegiados alcanzó los 310.558, con un incremento del 2.9% en comparación con el año anterior. Sin embargo, la realidad es que hay una escasez notable en algunas especialidades y una creciente preocupación por las condiciones de trabajo.
Castilla-La Mancha se destaca como la comunidad autónoma con la tasa más baja de médicos, con apenas 4.94 por cada 1.000 habitantes. En contraste, Aragón, con 7.46 médicos por cada 1.000 habitantes, y la Comunidad de Madrid, con 7.33, reflejan una distribución más equilibrada de profesionales de la salud. El informe revela que la ciudad autónoma de Melilla experimentó el mayor aumento en el número de médicos colegiados, con un incremento del 4.9%, seguido por Canarias e Illes Balears.
A pesar de estos números alentadores, el informe también destaca que más de 59.000 médicos colegiados están jubilados. De los 250.754 médicos activos, solo un 1.8% se sumó al mercado laboral en el último año, lo que plantea interrogantes sobre la sostenibilidad del sistema. La edad de los médicos activos también es preocupante, ya que se estima que cerca de 79.000 médicos mayores de 55 años se jubilarán en la próxima década, lo que podría agravar aún más la situación.
El grupo de médicos menores de 35 años, que incluye a muchos de los médicos en formación (MIR), ha crecido en un 4.1% desde el año pasado, alcanzando los 67.222 profesionales. Sin embargo, el informe advierte que, aunque estos jóvenes médicos están en proceso de formación, la falta de planificación y de plazas de formación ha generado un déficit preocupante en el sistema de salud. La formación de un médico especialista requiere, al menos, 11 a 12 años, un tiempo que podría no estar alineado con la inminente ola de jubilaciones.
La Atención Primaria es uno de los sectores más afectados, con un creciente número de vacantes que no pueden ser cubiertas, especialmente en áreas rurales y en turnos difíciles. Según el análisis, la falta de médicos en esta área es crítica, y si no se toman medidas prontas, el problema podría convertirse en una crisis de salud pública. Se estima que en los próximos años, el grupo de médicos entre 55 y 64 años seguirá disminuyendo, y la tasa de jubilaciones podría aumentar considerablemente.
En este contexto, es imperativo que las autoridades sanitarias y educativas se coordinen para abordar la situación. Aunque se han incrementado las plazas MIR desde 2015, muchos de los cambios llegaron demasiado tarde para mitigar el déficit actual. La falta de médicos de diversas especialidades, especialmente en Atención Primaria, contrasta con el número de licenciados en medicina que no han podido acceder a la formación especializada.
La situación se complica aún más al observar que, a pesar de que en la convocatoria de 2023 y 2024 se adjudicaron todas las plazas disponibles para Medicina de Familia, muchos médicos aún no han elegido una especialidad. A medida que el número de jubilaciones disminuya en una década, es probable que los médicos que finalicen su formación encuentren dificultades para acceder a puestos de trabajo en un sistema que ya enfrenta carencias.
Así, la necesidad de aumentar las plazas MIR es urgente. En el curso 2023/2024, 9.063 estudiantes comenzaron sus estudios en medicina, pero sin una planificación adecuada, el futuro del sistema de salud en España podría estar en riesgo. La falta de atención a estos problemas podría resultar en un sistema de salud menos eficiente y en una atención al paciente que no cumpla con las necesidades de la población.
Es evidente que la situación exige una respuesta coordinada y efectiva por parte de las administraciones, que deben anticiparse a los problemas en lugar de reaccionar tarde. La salud de millones de ciudadanos depende de una adecuada planificación y de la creación de condiciones laborales que hagan atractiva la profesión médica. La pregunta queda en el aire: ¿logrará Castilla-La Mancha atraer a sus 317 MIR en un contexto tan desafiante?
