La fusión entre el arte gráfico y el cine se celebra en la nueva exposición “Leopoldo Méndez: De la Estampa al Mural en Movimiento”, inaugurada en el Museo Nacional de la Estampa (Munae) de la Ciudad de México. Esta muestra destaca la colaboración histórica entre el reconocido grabador Leopoldo Méndez y el cineasta Gabriel Figueroa, quien dejó su huella en la cinematografía mexicana a través de obras emblemáticas.
Antes de que Figueroa capturara la esencia de paisajes icónicos en películas como Río Escondido (1948) y Pueblerina (1949), Méndez ya había comenzado a forjar su legado a través del grabado. Durante casi dos décadas, el fundador del Taller de Gráfica Popular realizó estampas que complementaron los créditos iniciales de diversas producciones cinematográficas en las que Figueroa se encargó de la fotografía. Esta sinergia creativa ha sido recuperada por el Munae en una exposición que invita al público a explorar la intersección entre estas dos formas de arte.
“A Leopoldo se le otorgaba primero el guion de la película para que él pudiera trabajar a partir de ello y empezar a realizar algunas estampas que posteriormente Figueroa iba a retomar para algunas de las escenas”, explicó David García, cocurador de la muestra junto con Caroline Montenat, durante un recorrido previo a la inauguración el pasado 16 de agosto.
Entre las películas que se destacan en la exposición están El Rebozo de Soledad (1952), La Rebelión de los Colgados (1954), La Rosa Blanca (1961) y Un Dorado de Pancho Villa (1967), cuyos carteles también forman parte de la exhibición. A través de un video, los curadores han dispuesto algunos de los 41 grabados que se exhiben, todos parte de la colección del Munae, junto a la composición visual que inspiraron los referidos filmes.
La curadora Montenat subrayó que la colaboración entre Méndez y Figueroa refleja una convergencia ideológica y estética entre el cine y el grabado social. “Lo interesante de esta colaboración es que, efectivamente, hay un tipo de convergencia ideológica y estética entre este cine y el grabado social. Y lo que planteamos es que los grabados de Leopoldo Méndez, gracias a Gabriel Figueroa, se hicieron murales”, comentó. Este enfoque presenta el grabado como una extensión del muralismo, integrando la narrativa cinematográfica en un formato accesible para un público más amplio.
El título de la exposición, “De la Estampa al Mural en Movimiento”, se inspira en la visión que Gabriel Figueroa compartió en una entrevista de 1966, donde mencionó que Méndez tenía la intención de convertir sus grabados en “murales en movimiento”. Esta idea se traduce en la presentación de reproducciones en gran formato de algunos grabados, cuyas composiciones son comparables a las de un mural, proporcionando un nuevo contexto a la obra de ambos artistas.
Durante el recorrido, Tamara González Silva, historiadora social y creadora conceptual de la exposición, resaltó la preocupación común de Méndez y Figueroa por reivindicar la grandeza del pueblo mexicano a través de la imagen. “Es importante entender que ambos estaban buscando maneras de representar la esencia del pueblo a través de sus respectivos medios”, indicó.
García, por su parte, enfatizó la comprensión mutua entre estos dos artistas, quienes, a pesar de utilizar técnicas diferentes, compartían un lenguaje visual. “Esa es la importancia de que nosotros pongamos algunos de estos stills extraídos de las producciones cinematográficas, porque nos vamos a dar cuenta que, si bien es cierto que hay muchas imágenes que no necesariamente coinciden con el grabado, hay otras que sí”, subrayó. Esta relación se convierte en un hilo conductor que une sus obras y resalta la influencia recíproca que existió entre ellos.
La exposición “De la Estampa al Mural en Movimiento” permanecerá abierta al público hasta el 2 de noviembre. Durante este tiempo, se llevarán a cabo charlas con especialistas, siendo una de las más esperadas el próximo 12 de septiembre, así como un ciclo de cine organizado en colaboración con el laboratorio urbano de arte La Nana, cuyas fechas serán anunciadas a través de las redes sociales del museo, @munaemexico en X e Instagram.
Esta muestra no solo rinde homenaje a dos figuras clave del arte y el cine mexicano, sino que también ofrece una oportunidad única para reflexionar sobre cómo diferentes disciplinas pueden entrelazarse para contar historias poderosas y conmovedoras sobre la identidad cultural de México.