La reciente celebración de la última sesión de la Suprema Corte de la Nación marca un hito significativo en la historia del poder judicial en México. La presidenta Norma Piña convocó a una sesión extraordinaria para abordar asuntos pendientes, pero la inevitable llegada de nuevos ministros señala el cierre de un ciclo. En este contexto, es pertinente reflexionar sobre el papel que ha desempeñado la Corte desde las reformas impulsadas por el presidente Ernesto Zedillo en 1994.
Funciones y Características de la Suprema Corte
La Suprema Corte debe ser entendida no solo como la máxima instancia para resolver conflictos legales, sino también como el principal guardián de los derechos humanos en el país. Esto implica que la Corte debe actuar como un ente revisor que, aunque reconoce la voluntad popular detrás de las elecciones de los otros dos poderes, no puede permitir que se transgredan las garantías individuales de los ciudadanos.
Es fundamental que la Corte mantenga ciertas características esenciales para preservar el Estado de Derecho en México. En primer lugar, debe ser una Corte INFORMADA, actualizada con el marco legal en materia de derechos humanos, así como con los instrumentos internacionales que México ha aceptado. Esto incluye las resoluciones de tribunales internacionales que garantizan la protección de los derechos fundamentales.
En segundo lugar, la Corte debe ser INDEPENDIENTE, lo que significa que sus decisiones deben estar basadas en la legislación vigente y no influenciadas por intereses políticos o económicos. Esta autonomía es crucial para asegurar que los derechos humanos sean defendidos sin presiones externas.
Por último, la Corte debe ser FUERTE; esto implica que, al tomar decisiones, debe tener la capacidad de hacerlas valer, incluso ante los poderes económicos y políticos del país. Una Corte que carezca de esta fortaleza se convierte en un ente vacío que no puede cumplir su función primordial.
Reflexiones Finales
La Suprema Corte ha sido, en muchos casos, el último recurso para los ciudadanos cuyos derechos han sido vulnerados. Es imperativo que la nueva composición del tribunal mantenga las características de ser informada, independiente y fuerte. Agradecemos el trabajo realizado por la Corte saliente en la defensa de los derechos de los mexicanos y esperamos que el nuevo tribunal continúe en esta senda.
La transición que se avecina trae consigo una mezcla de expectativas y desafíos que determinarán el futuro del sistema judicial en México. ¿Qué opinan ustedes sobre este cambio? Sus comentarios son bienvenidos al correo: [email protected].