Un equipo de científicos argentinos se embarcará en una misión a bordo del barco Falkor (too), del Instituto Schmidt Ocean de Estados Unidos, para investigar los cañones submarinos Bahía Blanca y Almirante Brown. Esta expedición partirá desde Buenos Aires y se centrará en comprender cómo estos cañones influyen en la llegada de aguas frías y nutrientes que son fundamentales para uno de los ecosistemas más productivos del Atlántico Sur.
La misión tiene como objetivo principal descifrar el papel de la Corriente de Malvinas, que transporta agua fría y rica en nutrientes desde la Antártida hacia la plataforma continental, contribuyendo al desarrollo de la vida marina y la actividad pesquera en la región. Durante el período de la expedición, se realizarán transmisiones en vivo a través de YouTube, permitiendo al público seguir el progreso del trabajo científico.
Entre julio y septiembre del año pasado, el Falkor (too) ya había sido utilizado en una misión en el Cañón Mar del Plata, así como en otra cerca de las costas de Uruguay. Ahora, el equipo utilizará tecnología avanzada para recoger datos sobre los fenómenos observados en un estudio previamente publicado en la revista Journal of Geophysical Research: Oceans, que se apoya en investigaciones anteriores de destacados científicos, incluyendo a Alberto Piola.
La Corriente de Malvinas es una corriente oceánica fría que fluye desde el sur hacia el norte a lo largo de la costa argentina, comenzando cerca de las Islas Malvinas. Los investigadores han descubierto que esta corriente no es uniforme, sino que se compone de varios “jets” que pueden acercarse o separarse en función de las condiciones del mar y del fondo oceánico. Este comportamiento dinámico de la corriente afecta significativamente la productividad del océano en la región.
La campaña en la Patagonia busca entender por qué estas áreas son ricas en biodiversidad y cómo se relacionan con los cambios climáticos y los recursos marinos. La dirección de la misión está a cargo de la oceanógrafa Silvia Romero, quien también es docente en la Universidad de Buenos Aires y la Universidad de la Defensa Nacional, así como parte del Instituto Franco-Argentino de Estudios sobre el Clima y sus Impactos (IFAECI).
Romero, en diálogo con Infobae, detalló que el equipo se enfocará en los sistemas de los cañones submarinos Bahía Blanca y Almirante Brown. Ella estará acompañada por Laura Ruiz Etcheverry del Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (CIMA), Graziella Bozzano, geóloga marina del Servicio de Hidrografía Naval (SHN), y Ornella Silvestri, oceanógrafa del SHN y del Conicet. Además, participarán 14 investigadores de la UBA y técnicos de instituciones como INIDEP y el Instituto Argentino de Oceanografía.
La duración de la misión será de un mes, con el fin de entender cómo la Corriente de Malvinas fertiliza la plataforma continental y sostiene una de las áreas pesqueras más importantes del mundo. Esta corriente, también conocida como “rama fría” de la Circulación Meridional Atlántica, es clave para la llegada de grandes volúmenes de agua subantártica con nutrientes.
Una característica distintiva de estos cañones es su contacto directo con la plataforma continental, lo que, según los investigadores, podría facilitar el intercambio de aguas. Los trabajos incluirán la instalación de tres instrumentos en el fondo marino durante 25 días, los cuales contarán con sensores en diferentes niveles para medir los movimientos de la Corriente de Malvinas.
Los investigadores también utilizarán técnicas avanzadas para la recolección de muestras, incluyendo la “rosseta con botellas Niskin”, que permite analizar agua a diversas profundidades y medir temperatura, salinidad, oxígeno y fluorescencia. Esto será crucial para determinar si el agua que asciende por los cañones es más rica en nutrientes, un aspecto vital para la vida marina.
Otra parte importante de la campaña será el estudio del mesozooplancton, pequeños organismos que sirven como indicadores de las masas de agua. Si se encuentran especies típicas del sur cerca de Bahía Blanca, esto podría confirmar las hipótesis sobre la influencia del agua antártica en la zona.
Además, se realizarán cinco inmersiones con el robot sumergible ROV SuBastian, que puede alcanzar profundidades de mil metros, para recolectar sedimentos del fondo. La campaña contará con tecnología avanzada, incluyendo 46 boyas y un minisubmarino autónomo, permitiendo un análisis ambiental más exhaustivo. La expedición recibirá el apoyo de la Fundación Williams, la NASA y equipos científicos de Argentina, Italia y Francia.