Un nuevo estudio revela que el caracol Theba pisana, común en la península ibérica y Europa, ha desarrollado un mecanismo de defensa contra los pesticidas. Esta especie, que se ha convertido en plaga agrícola en varias partes del mundo, presenta una resistencia creciente a los compuestos químicos utilizados para su control, según la investigación de científicos de la Universidad de la Costa del Sol publicada en la revista PLOS One.
El estudio, encabezado por el profesor de Genómica Funcional Scott Cummins y la investigadora Inali Lutschini, ha descubierto que durante su periodo reproductivo, estos caracoles producen una variante modificada de la enzima acetilcolinesterasa (AChE). La enzima AChE es un objetivo de insecticidas organofosforados, y la secreción de esta variante en su baba crea una barrera bioquímica que les protege de las toxinas.
Lutschini manifestó: “Es un resultado emocionante porque no esperábamos esto en una especie de caracol terrestre”. Este hallazgo sugiere que la AChE mutada, previamente encontrada en insectos como garrapatas y moscas, también se presenta en moluscos terrestres, lo que destaca una adaptación evolutiva frente a las presiones químicas.
El caracol, originario de la región mediterránea, ha sido identificado como una amenaza significativa para cultivos como el trigo, la cebada y la avena. En Australia, donde fue detectado por primera vez a principios del siglo XX, se estima que los agricultores sufren pérdidas anuales superiores a 16 millones de euros debido a su presencia.
La investigación analizó muestras de tejido y mucus de los caracoles en diferentes etapas de su ciclo vital y encontró que las glándulas mucosas de Theba pisana expresan una gran cantidad de proteínas similares a la AChE durante la reproducción. Este fenómeno coincide con su mayor movilidad y riesgo de exposición a pesticidas.
Además, Cummins señaló que la secreción de estas proteínas es una estrategia estacional y funcional, lo que indica que están evolucionando en respuesta al uso intensivo de pesticidas. “Los pesticidas molusquicidas se han utilizado comúnmente, pero los caracoles están desarrollando resistencia a estos compuestos”, advirtió.
Las alternativas a los pesticidas tradicionales están siendo exploradas, incluyendo el uso de venenos naturales de arañas, como las tarántulas, que son depredadores naturales de caracoles. Lutschini también sugirió que rotar los tipos de pesticidas podría ser más efectivo que simplemente aumentar las dosis, dificultando así el desarrollo de defensas específicas en los caracoles.
Este descubrimiento no solo es relevante para el manejo de Theba pisana, sino que también puede aplicarse a otras especies invasoras, como el caracol gigante africano (Achatina fulica), incluido en la lista de plagas prioritarias de Australia. Los investigadores resaltan la importancia de continuar explorando el potencial de estas proteínas AChE-like para desarrollar estrategias de control más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente.
En el contexto actual de cambio climático y creciente presión sobre los sistemas agrícolas, entender cómo las plagas evolucionan y se adaptan a las medidas de control es esencial para diseñar estrategias efectivas y duraderas.
