Un grupo de astrónomos ha logrado identificar las pruebas más sólidas hasta la fecha de un posible planeta gigante gaseoso orbitando Alfa Centauri A, la estrella más brillante del sistema estelar triple Alfa Centauri, que se encuentra a solo cuatro años luz de la Tierra. Este descubrimiento, realizado gracias al telescopio espacial James Webb, representa una oportunidad única para estudiar sistemas planetarios cercanos que son muy diferentes al nuestro.
Desafíos en la Observación
Las observaciones iniciales comenzaron hace un año y fueron extremadamente complicadas debido al intenso brillo y rápido movimiento de las estrellas Alfa Centauri A y B. Para detectar el posible exoplaneta, fue necesario atenuar la luz de estas estrellas, lo que representa un gran reto técnico.
Según el análisis de los datos recogidos, el planeta tendría una masa similar a Saturno y seguiría una trayectoria elíptica que varía entre una y dos veces la distancia entre la Tierra y el Sol. Aunque se encuentra dentro de la zona habitable de su estrella, su naturaleza como gigante gaseoso implica que no podría albergar vida tal como la conocemos.
Implicaciones del Descubrimiento
Las simulaciones por ordenador y el análisis detallado de las imágenes obtenidas por el telescopio confirmaron que la fuente detectada probablemente corresponde a un nuevo planeta, descartando otras posibilidades como asteroides o galaxias de fondo. Observaciones posteriores realizadas en febrero y abril de 2025 no lograron captar el planeta, lo que se alinea con los modelos que sugieren que en parte de su órbita, el planeta podría estar demasiado cerca de la estrella para ser visualizado.
Si se confirma, este exoplaneta se convertiría en el más cercano a la Tierra que orbita en la zona habitable de una estrella similar al Sol, además de ser uno de los más semejantes a los gigantes gaseosos de nuestro sistema solar. Su existencia abriría nuevas interrogantes sobre cómo se forman y evolucionan los planetas en sistemas estelares complejos y cercanos.
El estudio que respalda este descubrimiento ha sido aceptado para su publicación en The Astrophysical Journal Letters, lo que añade un nuevo capítulo a la exploración del cosmos y nuestra comprensión del universo que nos rodea.