Un nuevo estudio ha puesto de relieve cómo el envejecimiento impacta en la calidad del esperma masculino, acumulando mutaciones en el ADN que pueden influir en la salud de la descendencia. La investigación, realizada por el Instituto Sanger y el King”s College de Londres, ha sido publicada en la revista Nature y plantea importantes implicaciones en la planificación de la paternidad.
Los científicos examinaron muestras de semen de 57 hombres, cuyas edades oscilaban entre 24 y 75 años, utilizando una técnica avanzada llamada NanoSeq para detectar mutaciones raras en el ADN. Los hallazgos revelaron que, en promedio, cada año se suman 1,67 nuevas mutaciones al ADN de los espermatozoides, lo que sugiere un aumento progresivo del riesgo genético conforme avanza la edad del padre.
El investigador Matthew Neville destacó que uno de los hallazgos más relevantes fue el incremento en la cantidad de espermatozoides con mutaciones asociadas a enfermedades graves. Además, se observó un fenómeno conocido como “selección positiva”, donde ciertas mutaciones favorecen la proliferación de las células espermáticas dentro del organismo.
El estudio identificó un aumento significativo en las mutaciones de genes relacionados con trastornos del desarrollo y riesgo de cáncer infantil. Según las estimaciones de Nature, entre el 3 y el 5% de los espermatozoides de hombres de mediana edad o mayores contienen mutaciones potencialmente dañinas en el exoma, mientras que este porcentaje es de aproximadamente 2% en varones jóvenes y se eleva al 4,5% en aquellos cercanos a los 70 años.
Raheleh Rahbari, autora principal del estudio, subrayó que la línea germinal masculina es un entorno dinámico que puede favorecer la expansión de ciertas mutaciones, afectando así la salud de la descendencia. El director del Instituto Sanger, Matt Hurles, advirtió que algunos cambios en el ADN no solo perduran, sino que prosperan, lo que significa que los padres que conciben a una edad avanzada podrían estar incrementando el riesgo de transmitir mutaciones dañinas a sus hijos.
El análisis también reveló que los hombres mayores duplican la cantidad de espermatozoides con mutaciones perjudiciales, lo que puede resultar en síndromes genéticos y afecciones del desarrollo. Aunque los investigadores señalan que la presencia de una mutación no garantiza que el hijo padezca una enfermedad, el “reloj genético” paterno tiene una influencia considerable en la salud de la descendencia.
Estos hallazgos abren un importante debate sobre la planificación familiar y la necesidad de consultas genéticas preventivas, especialmente para padres que superan ciertas edades. Los autores del estudio enfatizan que su intención no es alarmar, sino aumentar la conciencia sobre el impacto del envejecimiento en la salud reproductiva.































































