Kamil Zuber, ingeniero industrial, aborda un inconveniente habitual en el uso de lavavajillas: la persistente humedad en los tuppers de plástico tras su ciclo de lavado. A diferencia de platos, vasos y cubiertos, que generalmente salen secos, estos recipientes plásticos suelen mostrar gotas de agua, lo que resulta incómodo para los usuarios.
En un artículo publicado en The Conversation, Zuber explica que este fenómeno se debe a las diferencias físicas entre los materiales y su interacción con el agua. Los recipientes de vidrio, cerámica o metal tienen la capacidad de almacenar calor durante más tiempo, lo que facilita la evaporación del agua residual. En contraste, los plásticos se enfrían más rápidamente y, por ende, no pueden eliminar la humedad de manera eficiente.
Este comportamiento está relacionado con la capacidad térmica de cada material. Mientras los platos y tazas conservan suficiente calor para acelerar el proceso de secado, los tuppers no logran mantener esa energía, lo que se traduce en gotas visibles incluso después de abrir el lavavajillas. Además, la energía superficial juega un papel crucial; los plásticos son generalmente hidrofóbicos, lo que provoca que el agua forme gotas más grandes. Por otro lado, en superficies hidrofílicas como cerámica o ciertos metales, el agua se extiende en capas delgadas que se evaporan rápidamente gracias al calor acumulado.
Zuber menciona que aunque el fenómeno puede parecer menor, resulta frustrante para muchos. También se refiere a la importancia del detergente en este proceso. Este producto contiene tensioactivos que reducen la tensión superficial del agua, facilitando la limpieza. Sin embargo, durante la fase de enjuague, estos compuestos se eliminan, permitiendo que el agua actúe de forma natural sobre los plásticos, donde se acumula en gotas que son difíciles de secar.
Para mejorar el secado de los tuppers, se recomienda el uso de abrillantador, un complemento que ayuda a que el agua se deslice mejor y evita la formación de gotas persistentes. Esta práctica puede resultar en recipientes significativamente más secos al finalizar el ciclo.
Finalmente, Zuber sugiere un sencillo hábito: abrir la puerta del lavavajillas al concluir el ciclo. Este gesto permite liberar el vapor acumulado, evitando la condensación sobre las superficies, lo que es particularmente beneficioso para los recipientes de plástico. Al combinar este hábito con el uso de abrillantador, se logra una mejor experiencia al momento de guardar los tuppers, eliminando la necesidad de secarlos con un paño.