Investigadores de la Universidad de Granada en España han desarrollado una innovadora herramienta basada en inteligencia artificial (IA) que permite predecir erupciones volcánicas con un margen de al menos 12 horas. Este avance, que también se ha confirmado en el Volcán de Colima en México, representa un progreso significativo en la gestión de riesgos y la protección civil.
La metodología, que ha sido validada en erupciones del volcán Tajogaite en La Palma y del Volcán de Fuego de Colima, se centra en el análisis en tiempo real de parámetros sísmicos para prever eventos eruptivos y caracterizar su comportamiento. En este estudio participan también investigadores de la Universidad de Colima, el centro español Involcan de Tenerife y la Universidad de Canterbury en Nueva Zelanda.
Los científicos han establecido un enfoque novedoso que se basa en el análisis conjunto de tres parámetros sísmicos: la entropía de Shannon, el índice de frecuencia y la curtosis. La entropía de Shannon mide el desorden en las señales sísmicas, y su disminución indica que los sismos están organizándose, un patrón común antes de una erupción. El índice de frecuencia, por su parte, detecta cambios en las frecuencias predominantes asociadas a diferentes tipos de actividad magmática, mientras que la curtosis es útil para identificar eventos sísmicos impulsivos.
Esta técnica ha demostrado su eficacia en volcanes de diversos países, incluyendo España, México, Grecia, Italia, Estados Unidos, Perú y Rusia. En el caso de la erupción de La Palma, el método logró anticipar el evento con más de nueve horas de antelación, permitiendo determinar el final del proceso eruptivo casi en tiempo real al registrar un cambio en la entropía de Shannon que coincidió con la última evidencia visual de actividad volcánica.
Para el Volcán de Colima, el análisis de datos de la última década ha evidenciado la efectividad de esta técnica en la identificación de fases eruptivas intensas, el crecimiento de domos de lava y la transición del volcán a estados de reposo. Según los investigadores, la implementación de esta metodología en los sistemas de monitoreo volcánico representa un avance crucial en la seguridad. La posibilidad de emitir una alerta temprana con 12 horas de antelación, como pudo haberse hecho en La Palma, permitiría a las autoridades activar con tiempo los protocolos de evacuación y aviso a la población, lo que a su vez salvaguardaría vidas y reduciría el impacto social de las emergencias volcánicas.

































































