La Fundación Internacional para la Ciencia (IFS) ha anunciado el cierre de sus operaciones, un desenlace que se materializará el próximo 30 de junio de 2025. Esta decisión, que marca el fin de una era de 52 años de apoyo a la investigación en países en vías de desarrollo, se origina en la falta de financiamiento tras la decisión de la Swedish International Development Cooperation Agency (SIDA) de retirar su apoyo financiero, que había sido el pilar de la IFS desde su fundación en 1972.
El Consejo Directivo de la IFS intentó durante dos años encontrar nuevos donantes que pudieran igualar el nivel de apoyo que brindaba SIDA. Sin embargo, tras no lograrlo, se tomó la difícil decisión de cerrar la institución. La IFS había dedicado su misión a financiar a investigadores emergentes en naciones de bajos y medianos ingresos, promoviendo la capacidad científica y la investigación que aborda problemas reales.
Con su sede en Estocolmo, Suecia, la IFS apoyó a cerca de 9,000 investigadores en 105 países, con un presupuesto total de aproximadamente $98 millones de dólares. Este esfuerzo se centró en áreas críticas como los recursos biológicos, el agua y la seguridad alimentaria. La organización se posicionó como un referente en la promoción de la ciencia en lo que se conoce como el “Sur Global”, donde el 43% de los beneficiarios eran de África subsahariana.
El Dr. Enrique Galindo Fentanes, investigador del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México y ex presidente de la Academia de Ciencias de Morelos, reflexiona sobre la importancia de la IFS en su trayectoria profesional. En sus inicios, recibió un donativo de aproximadamente $10,000 dólares, una cantidad que, aunque modesta, fue fundamental para catapultar su carrera. “La administración de los recursos era excelente, y el equipo de la IFS siempre mostró un compromiso notable con los investigadores”, comentó Galindo Fentanes.
La IFS no solo proporcionaba financiamiento, sino que también ofrecía apoyo en la redacción científica y organizaba talleres. Este enfoque integral permitió a los investigadores no solo avanzar en sus proyectos, sino también mejorar sus habilidades de comunicación, una necesidad crítica que a menudo se pasaba por alto. La IFS se convirtió en un aliado estratégico para aquellos que buscaban establecerse en el ámbito de la investigación científica.
“Ojalá todos los donativos para proyectos de investigación fueran como los que otorgaba la IFS”, manifestó el Dr. Galindo Fentanes, destacando la calidad y eficiencia del apoyo brindado.
La reciente reunión celebrada en Cotonú, Benin, en febrero de 2025, se convirtió en un espacio de reflexión sobre el legado de la IFS y el futuro del desarrollo de capacidades para investigadores jóvenes. Investigadores, representantes de organismos financiadores y políticos, como la Ministra de Educación, Ciencia e Investigación de Benin, Eléonore Yaki Ladeka, discutieron sobre la importancia de mantener el impulso a la investigación en el Sur Global, a pesar del cierre de la IFS.
Entre las conclusiones de esta reunión, se identificó la necesidad de crear incentivos para retener talento científico en sus países de origen, así como el fomento de colaboraciones entre investigadores de países en desarrollo. La propuesta de desarrollar un “Portal Global de Antiguos Recipientes de Donativos” también surgió como una forma de mantener viva la rica red de colaboración que la IFS había cultivado durante más de cinco décadas.
Un aspecto destacado durante la discusión fue la importancia de mejorar la formación en comunicación científica, permitiendo a los investigadores conectar sus hallazgos con los responsables políticos y el público en general. Se reconoció que, a pesar de la producción de investigaciones valiosas, muchas veces los resultados no lograban impactar efectivamente, en parte debido a la complejidad técnica del lenguaje utilizado.
Durante su visita a Cotonú, el Dr. Galindo Fentanes tuvo la oportunidad de conocer la Fundación y el “Startup Valley” de la Universidad de Abomey-Calavi, una iniciativa que busca fomentar el emprendimiento entre los jóvenes graduados en una región donde el desempleo es un reto constante. La fundación, creada en 2015, se ha propuesto generar al menos 30 empresas innovadoras al año y ha logrado crear 150 empresas hasta la fecha.
En este contexto, el Dr. Césaire Kapko, un empresario beninés y principal benefactor de la fundación, se mostró entusiasmado por las iniciativas de emprendimiento en Morelos, México, donde se han desarrollado empresas tecnológicas por parte de alumnos y académicos de la UNAM.
La visita a Benin fue un viaje de emociones contrastantes. Por un lado, marcó el cierre de un capítulo significativo en la historia de la investigación científica en el Sur Global; por otro, permitió descubrir un país vibrante, lleno de recursos y con una fuerte determinación por mejorar la calidad de vida de su población, especialmente entre los jóvenes educados. La IFS puede desaparecer, pero su legado perdurará en todos aquellos que se benefician de su apoyo y en la comunidad científica que sigue luchando por avanzar en sus respectivas áreas.