Las ondas gravitacionales, predichas por Albert Einstein en 1916, fueron detectadas por primera vez el 14 de septiembre de 2015, casi un siglo después de su formulación teórica. Miguel Alcubierre Moya, investigador y exdirector del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) de la UNAM, explicó que estas ondas son perturbaciones en el espacio-tiempo, invisibles y extremadamente rápidas, que se generan en eventos astrofísicos violentos.
Durante su conferencia, que marcó el cierre del 11° Encuentro Universitario de Mejores Prácticas de Uso de TIC en la Educación, Educatic 2025, Alcubierre detalló que las ondas gravitacionales son producidas cuando los objetos se desplazan a velocidades muy altas, como en el caso de explosiones de supernovas o colisiones de agujeros negros. “Se propagan a la velocidad de la luz, que es de 300,000 kilómetros por segundo, de manera similar a las ondas que se forman al lanzar una piedra en un cuerpo de agua”, indicó.
El investigador subrayó la capacidad de estas ondas para alterar el espacio a su paso. Si una onda gravitacional atravesara un ser humano, podría hacer que se estirara y comprimiera repetidamente. Desde hace más de diez años, observatorios como LIGO en Estados Unidos, Virgo en Italia, GEO 600 en Alemania y KAGRA en Japón han logrado detectar estas ondas, lo que representa un avance significativo en la comprensión de la gravedad.
Un vistazo a la historia de la gravedad
Alcubierre también hizo un recorrido por la historia de la gravedad, comenzando con la Ley de Gravitación Universal de Isaac Newton, que describe cómo los objetos caen y se mueven en órbitas. Sin embargo, esta teoría presenta un inconveniente: asume que la gravedad actúa de manera instantánea. “Newton no estaba satisfecho con esta idea, pero la aceptó hasta que se comprendiera mejor la naturaleza de la gravedad”, comentó Alcubierre.
El dilema se complicó con la llegada de la Teoría de la Relatividad General, desarrollada por Einstein. Este modelo revolucionó la comprensión del espacio y el tiempo, demostrando que nada puede viajar más rápido que la luz. “La gravedad no es instantánea; se propaga a la velocidad de la luz”, explicó el investigador.
La Teoría de la Relatividad General no solo modifica la concepción de la gravedad, sino que también redefine los conceptos de espacio y tiempo, mostrando que estos son flexibles y se curvan ante la presencia de masa y energía. “Al igual que el electromagnetismo predice la existencia de ondas electromagnéticas, la relatividad general predice las ondas gravitacionales”, añadió.
Desafíos en la detección
A pesar de que las ondas gravitacionales pueden generarse en eventos cósmicos extremos, estos fenómenos suelen ocurrir a grandes distancias en el universo y, a menudo, producen ondas de muy baja intensidad. Alcubierre enfatizó que, al llegar a la Tierra, las ondas gravitacionales son extremadamente difíciles de medir y, por lo tanto, representan un reto significativo para los científicos.
Este avance científico no solo marca un hito en la física, sino que también abre nuevas posibilidades para el entendimiento del universo. La detección de ondas gravitacionales ha permitido a los científicos estudiar eventos cósmicos que antes eran invisibles, enriqueciendo así nuestro conocimiento del cosmos.