La música, elemento esencial en la vida cotidiana, va más allá del entretenimiento, sirviendo como un lenguaje común que une a las personas. Un estudio internacional, que incluyó más de 350,000 participantes de más de 50 países, ha demostrado la existencia de una relación significativa entre las preferencias musicales y los principales rasgos de personalidad.
Dirigido por David M. Greenberg, investigador asociado en el Autism Research Centre de la Universidad de Cambridge, el estudio revela que la música tiene la capacidad de derribar barreras sociales y culturales. Greenberg explicó que “si un introvertido en un continente escucha lo mismo que otro en otro rincón, la música puede ser un puente poderoso”. Esto sugiere que una misma melodía puede crear conexiones emocionales entre personas de diferentes historias y orígenes.
Un ejemplo claro es la canción “Shivers” de Ed Sheeran, que es bien recibida tanto por extrovertidos en el Reino Unido como en Argentina o la India. Asimismo, aquellos con una personalidad más “neurótica” tienden a compartir el interés por temas como “Smells Like Teen Spirit” de Nirvana, independientemente de su contexto cultural.
El estudio también identificó relaciones entre las preferencias musicales y los cinco grandes rasgos de la personalidad. La extroversión se asocia con un gusto por la música contemporánea y bailable, como el pop y el reggaetón. Por su parte, las personas con altos niveles de conciencia prefieren géneros más simples y relajados, como el country o el folk, mientras que los amables se inclinan hacia melodías suaves, como las de Marvin Gaye o “Shallow” de Lady Gaga y Bradley Cooper.
La apertura a nuevas experiencias se relaciona con un gusto por la música clásica, el jazz y estilos contemporáneos, mientras que los individuos neuróticos tienden a gravitar hacia géneros más intensos, posiblemente como una forma de expresar sus emociones. Según Greenberg, muchos utilizan la música para canalizar sus sentimientos o regular su estado de ánimo.
Un hallazgo notable del estudio es que la conexión entre extroversión y preferencia por música contemporánea es más pronunciada en regiones cercanas al ecuador, especialmente en América Central y América del Sur. Esto sugiere que climas cálidos podrían fomentar un mayor disfrute de ritmos festivos, promoviendo la expresión colectiva a través de la música.
Para llegar a estas conclusiones, los participantes realizaron pruebas de personalidad y evaluaron su gusto por 23 géneros musicales. En una segunda etapa, escucharon fragmentos de 16 estilos musicales occidentales y registraron sus reacciones en tiempo real. Las preferencias se clasificaron según el modelo MUSIC: Mellow, Unpretentious, Sophisticated, Intense, y Contemporary, lo que permitió una visión detallada de cómo los rasgos de personalidad influyen en las elecciones musicales.
El equipo de Greenberg subrayó que estos hallazgos no deben ser utilizados para encasillar a las personas, ya que los gustos pueden cambiar con el tiempo. Sin embargo, este estudio ofrece una base sólida para entender cómo la música puede actuar como un lenguaje universal, contribuyendo a la conexión emocional entre individuos de diferentes orígenes. Así, la música, en su diversidad, continúa siendo un territorio común que favorece la unión de la humanidad.
