En el contexto del Día Internacional del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), que se celebra cada 13 de julio, la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG) llevó a cabo un panel titulado “Conectando piezas: el TDAH desde una mirada multimodal e interdisciplinaria”. Este evento, realizado en el Instituto de Ciencias Biológicas, reunió a académicos, profesionales de la salud mental e invitados especiales, con el objetivo de ofrecer una visión integral sobre una condición que afecta la calidad de vida de miles de personas, desde la infancia hasta la adultez.
El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo que se caracteriza por dificultades en la atención, control de impulsos y regulación de la actividad física y mental. Aunque comúnmente se diagnostica en niños, muchos casos continúan afectando a adolescentes y adultos. La Dra. Daniela Díaz Jaimes, psiquiatra y directora de ConecT-DAH, destacó en su intervención que las personas con TDAH suelen tener problemas para socializar, lo que lleva a muchos a ocultar su verdadera esencia. “El impacto es profundo. Quien lo sufre se vuelve un experto en parecer ‘normal’, pero esto puede generar ansiedad, estrés y baja autoestima”, afirmó.
Durante el panel, se discutieron síntomas poco conocidos que no siempre son asociados con el TDAH, pero que influyen de manera significativa en la vida diaria de quienes lo padecen. La Dra. Díaz enumeró algunos de estos síntomas, que incluyen:
- Desregulación emocional: reacciones intensas ante situaciones cotidianas.
- Problemas de sueño: dificultad para dormir temprano o descansar adecuadamente.
- Desorganización: desorden constante en el entorno, como en casa o en el trabajo.
- Procrastinación: tendencia a postergar actividades importantes.
- Mala gestión del tiempo: llegar tarde o sobrecargarse de tareas.
- Sensibilidad al rechazo: mayor afectación por críticas o rechazo social.
La Dra. Díaz enfatizó la importancia de considerar estos síntomas en el proceso de diagnóstico, especialmente en adultos que nunca fueron evaluados en su infancia. “Es fundamental reconocer que el TDAH no es solo una cuestión de hiperactividad o falta de atención”, explicó.
Otro tema relevante abordado en el panel fue el concepto de “masking” o camuflaje, que se refiere a la estrategia utilizada por muchas personas con TDAH y otras neurodivergencias para ocultar sus síntomas y adaptarse a su entorno social. La psicóloga Cynthia Quintero, fundadora de Creare y certificada en Peers, explicó en su ponencia “Cuando ser uno mismo se esconde” que esta práctica, aunque permite una integración social, puede afectar negativamente la autenticidad y el bienestar emocional de las personas.
Quintero detalló varias estrategias de camuflaje que suelen emplear aquellos con TDAH, tales como:
- Compensación: imitar gestos o expresiones para facilitar la interacción social, a menudo aprendiendo de películas o series.
- Enmascaramiento: ocultar conductas propias del TDAH o el autismo para aparentar seguridad o tranquilidad, como forzar el contacto visual.
- Asimilación: modificar la conducta para encajar en grupos sociales, aunque esto no se sienta natural.
Ambas especialistas coincidieron en la necesidad de escuchar a los pacientes, identificar los síntomas menos visibles y promover estrategias de comunicación más inclusivas. Quintero concluyó, “No todos nos relacionamos de la misma forma. La clave está en entender y adaptar los entornos para que todos podamos vivir de forma plena y auténtica”. Este llamado a la empatía resuena en un contexto donde la neurodiversidad aún enfrenta muchos desafíos, tanto en el ámbito educativo como en el social.
