La NASA ha revelado su intención de enviar un equipo de astronautas en un viaje de diez días alrededor de la Luna, programado para febrero de 2026. Esta será la primera misión tripulada a nuestro satélite natural en medio siglo. Anteriormente, la agencia había establecido un lanzamiento a más tardar en abril del próximo año, pero ahora busca adelantar su cronograma.
Desde la última misión lunar tripulada, que tuvo lugar hace 50 años, la NASA enviará a cuatro astronautas para evaluar los sistemas necesarios para futuras exploraciones. La misión, conocida como Artemis II, es la segunda del programa Artemis, cuyo objetivo es llevar astronautas a la Luna y establecer una presencia sostenida en su superficie.
En una conferencia de prensa, Lakiesha Hawkins, administradora asociada interina de la NASA, destacó la relevancia histórica de esta misión. “Juntos, tenemos un asiento en primera fila para presenciar la historia”, afirmó. También enfatizó que la seguridad es la máxima prioridad en este proceso.
Charlie Blackwell-Thompson, director de lanzamiento de Artemis, explicó que el Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS), diseñado para llevar a los astronautas a la Luna, está casi listo. La cápsula tripulada, llamada Orion, aún necesita ser completada y someterse a pruebas en tierra.
La primera misión del programa Artemis, que se lanzó en noviembre de 2022, duró 25 días y consistió en un viaje sin tripulación que orbitó la Luna. A pesar de algunos problemas con el escudo térmico durante el reingreso, la misión fue considerada un éxito y los inconvenientes ya se han solucionado.
La próxima misión Artemis II llevará a los astronautas a un viaje de ida y vuelta a la Luna, aunque no se alunizará. Los astronautas incluyen a Reid Wiseman, Victor Glover, Christina Koch de la NASA, y Jeremy Hansen de la Agencia Espacial Canadiense. Será la primera tripulación en viajar más allá de la órbita baja terrestre desde el Apolo 17 en 1972.
Jeff Radigan, director de vuelo principal de Artemis II, indicó que la tripulación alcanzará zonas del espacio más lejanas que cualquier otra misión previa. “Irarán al menos 5,000 millas náuticas más allá de la Luna, alcanzando altitudes superiores a las de misiones anteriores”, aseguró.
El propósito de esta misión es probar los sistemas del cohete y la nave espacial, sentando las bases para un futuro alunizaje. Los astronautas habitarán la cápsula Orion, que será transportada inicialmente a la órbita terrestre con la ayuda de cohetes propulsores sólidos, los cuales regresarán a la Tierra poco después del lanzamiento.
Ocho minutos tras el lanzamiento, la fase inicial del cohete se separará del Sistema Interino de Propulsión Criogénica (ICPS) y de la cápsula Orion. Posteriormente, los paneles solares de Orion se desplegarán para cargar las baterías de la nave.
Durante las siguientes 25 horas, se llevará a cabo una revisión exhaustiva de los sistemas. Si todo avanza conforme a lo previsto, Orion se separará del ICPS, y los astronautas realizarán maniobras para simular el acoplamiento con un vehículo de aterrizaje lunar.
Veintitrés horas después, el módulo de servicio de Orion ejecutará una inyección translunar, lo que permitirá a los astronautas alcanzar más de 370,000 kilómetros de distancia de la Tierra en un viaje que tomará cuatro días.
Además de su misión principal, los astronautas realizarán experimentos para estudiar cómo el espacio afecta sus cuerpos. Se cultivarán muestras de tejido a partir de su sangre, denominadas organoides, antes y después del viaje, para observar los efectos de la microgravedad y la radiación.
Tras sobrevolar la Luna, los astronautas regresarán a la Tierra, donde enfrentarán la peligrosa fase del reingreso a la atmósfera y aterrizarán en paracaídas frente a la costa de California. El éxito de Artemis II será crucial para determinar la rapidez con la que se podrá lanzar Artemis III, destinado a un eventual aterrizaje lunar.
No obstante, Simeon Barber, investigador de la Open University, considera que la declaración de la NASA de que la misión Artemis III no se llevará a cabo antes de mediados de 2027 es optimista, dado el costo y los desafíos técnicos que presenta el programa.