Un reciente estudio publicado en la revista Science Advances ha desafiado la percepción tradicional de los neandertales como seres primitivos, revelando que hace 125 mil años estos homínidos empleaban técnicas avanzadas y sistemáticas para procesar grasa. Este hallazgo sugiere que su modo de vida era más complejo de lo que se había asumido, acercándose en algunos aspectos a las prácticas de los humanos modernos.
Los investigadores, liderados por arqueólogos de la Universidad de Reading, encontraron evidencia que indica un enfoque industrializado en la obtención y utilización de grasas, cruciales para su supervivencia. La grasa, en ese contexto, no solo era un recurso alimenticio, sino que también desempeñaba un papel fundamental en la nutrición de los neandertales, quienes dependían de ella para complementar su dieta de carne magra, especialmente en un entorno que podía ser hostil y escaso en recursos.
El estudio se centró en el análisis de restos óseos, en particular de animales ricos en médula, que los neandertales cazaban y procesaban. Los investigadores descubrieron que estos homínidos no solo cazaban, sino que también llevaban a cabo un cuidadoso transporte de los cadáveres, seguido de su almacenamiento y cocción en recipientes elaborados con pieles o cortezas. Este proceso muestra un nivel de planificación y habilidad que contradice la imagen de cazadores recolectores simples.
El arqueólogo Ludovic Slimak, del CNRS francés, quien no participó en este estudio, comentó que los hallazgos respaldan la idea de que los neandertales poseían una cultura material más rica y compleja de lo que se pensaba. La habilidad para procesar grasa de manera sistemática demuestra un entendimiento avanzado de su entorno y de las necesidades nutricionales.
Además, Bruce Hardy, del Kenyon College, subrayó que cada nuevo descubrimiento contribuye a desdibujar las fronteras entre los neandertales y los humanos modernos. Este hallazgo, en particular, sugiere que los comportamientos de supervivencia de los neandertales eran tan sofisticados como los de nuestros propios antepasados.
El estudio no solo ofrece una nueva perspectiva sobre la vida de los neandertales, sino que también invita a una reevaluación de cómo se percibe su capacidad de adaptarse y prosperar en un mundo cambiante. A medida que se realizan más investigaciones en este campo, se espera que se revelen más detalles sobre la complejidad de la vida de estos antiguos homínidos.
Con cada descubrimiento arqueológico, se abre una ventana al pasado que permite entender mejor no solo a los neandertales, sino también a la evolución de la especie humana. La investigación continúa, y con ella, la fascinante historia de nuestros antepasados se vuelve cada vez más rica y matizada.