Un reciente estudio publicado en Science Reports ha revelado que los pulpos son capaces de asignar funciones específicas a sus tentáculos, empleando unos brazos más que otros según la tarea que deben realizar. Esta investigación, liderada por la Universidad Atlántica de Florida, observó a 25 pulpos en su hábitat natural, abarcando cinco lugares del Caribe y uno en España, donde los fondos marinos varían desde lisos hasta complejos arrecifes de coral.
El comportamiento de los pulpos en su entorno natural
Los investigadores catalogaron 12 tipos de movimientos que los pulpos, específicamente de la especie Octopus vulgaris, utilizan al interactuar con su entorno. Se analizaron grabaciones de su comportamiento en situaciones como la búsqueda de alimento y locomoción. Aunque todos los tentáculos son capaces de realizar diversas acciones, los pulpos tienden a utilizar más los brazos delanteros (64%) que los traseros (36%) para explorar, mientras que los traseros se enfocan en el desplazamiento.
Estos brazos son estructuras extremadamente flexibles, compuestas por cuatro grupos musculares que les permiten deformarse de múltiples maneras. La investigación encontró que, aunque cada tentáculo puede realizar una amplia gama de movimientos, hay diferencias en la frecuencia con la que se utilizan distintas partes del brazo según la actividad.
Implicaciones para la robótica y la biología
Los hallazgos de este estudio no solo son fascinantes desde una perspectiva biológica, sino que también tienen aplicaciones potenciales en el campo de la robótica. Según Roger Hanlon, del Laboratorio de Biología Marina en Estados Unidos, los resultados podrían ser utilizados para mejorar brazos robóticos, dotándolos de la flexibilidad y funcionalidad de los tentáculos de pulpo. Esto podría facilitar tareas en entornos difíciles, como la entrega de alimentos y agua a personas atrapadas entre los escombros de edificios colapsados.
Con alrededor de 100 ventosas en cada brazo, que funcionan como órganos sensoriales extremadamente sensibles, los pulpos continúan sorprendiendo a la comunidad científica. La flexibilidad y precisión de sus movimientos son un recordatorio de la complejidad y adaptabilidad de la vida marina, lo que abre nuevas puertas para la investigación y la tecnología en aplicaciones prácticas.
