La teoría del multiverso plantea una intrigante posibilidad: que nuestro universo podría ser solo uno entre un número infinito de cosmos. Este concepto ayuda a explicar la existencia de vida en nuestro universo, abordando algunas constantes de la naturaleza que hasta ahora resultan inexplicables, aunque no responde a la pregunta fundamental sobre por qué estas constantes existen.
Una de las hipótesis más discutidas es la de la inflación eterna, donde el universo primitivo nunca concluyó su fase de expansión acelerada. En esta visión, distintas regiones del universo podrían separarse para formar lo que se denomina universos burbuja. Por otro lado, la teoría de cuerdas también sugiere la existencia de universos múltiples, ya que las dimensiones espaciales adicionales pueden plegarse de innumerables maneras, cada disposición generando nuevos valores para las constantes físicas y, en algunos casos, leyes físicas completamente diferentes.
Este conjunto de combinaciones posibles se conoce como “paisaje”, y nuestro universo representa solo un punto en este vasto escenario. Según estas teorías, existen muchos universos que no contienen vida, sin embargo, el nuestro es el que produce vida, lo que explica nuestra presencia aquí. Aunque esta noción se basa en argumentos antropicos, proporciona una explicación, al menos en parte, sobre la variabilidad de las constantes que observamos.
Investigadores han intentado calcular si nuestro universo es común o raro, pero estos cálculos enfrentan desafíos significativos. Uno de los problemas más serios es nuestra falta de conocimiento sobre la probabilidad previa de cualquier combinación específica de constantes. Sin información sobre la probabilidad de cada combinación, resulta imposible establecer verosimilitudes precisas.
A pesar de que las ideas del multiverso y el paisaje parecen ofrecer un enfoque más satisfactorio que el clásico argumento antropico, ambas teorías enfrentan problemas adicionales. En primer lugar, son muy hipotéticas y carecen de respaldo experimental sólido. Actualmente, no entendemos completamente cómo funciona la inflación ordinaria, ni hemos confirmado la posibilidad de la inflación eterna. Además, los expertos en teoría de cuerdas aún no han logrado establecer una conexión clara entre una disposición particular de dimensiones adicionales y la física resultante, lo que limita su capacidad para formular predicciones que puedan ser comprobadas.
Apoyar teorías en hipótesis tan poco fundamentadas y altamente especulativas no representa el método más efectivo para avanzar. Tanto la inflación eterna como la teoría de cuerdas involucran sus propias constantes, que no son examinadas por diferentes versiones de universos múltiples. Por ejemplo, la inflación eterna requiere un conjunto de parámetros adicionales, la mayoría de los cuales son desconocidos, para funcionar correctamente.
En el ámbito de la teoría de cuerdas, también existen supuestos, como un número específico de dimensiones adicionales, que no se determina dentro de la propia teoría. Esto plantea la cuestión de que siempre habrá ciertos números que la teoría pura no puede explicar. Sin embargo, este desafío puede considerarse un avance, ya que si logramos explicar muchas de las constantes actuales y reducir el número total de incógnitas, nos acercaremos un poco más a una teoría fundamental que pueda explicar todo.
A pesar de esto, es probable que nunca se logre eliminar completamente todas las constantes. Es razonable suponer que siempre habrá áreas de desconocimiento que no podremos erradicar. En última instancia, ninguna teoría física, por avanzada que sea, podrá explicar su propia existencia. Quizás este sea el límite de nuestro entendimiento, y debamos aprender a convivir con ciertas incógnitas. A pesar de que esto puede resultar desalentador, la convicción de que aún hay más por descubrir sigue siendo lo que impulsa a los físicos en su búsqueda del conocimiento.
En conclusión, las respuestas a estas preguntas son insatisfactorias. Según lo que sabemos, las constantes son realmente constantes; no varían en el espacio ni en el tiempo. Independientemente de cómo se analicen, siempre aparece una lista de números esenciales que constituyen el núcleo de nuestras teorías. Estas constantes existen sin una explicación clara y sin un motivo aparente. Por ahora, debemos aceptar esta realidad hasta que se logre algún avance significativo en la teoría.
