En el mundo del fútbol, la competencia por un lugar en el equipo titular es feroz, y pocos lo saben mejor que Allam Bello. Surgido de las fuerzas básicas de Cruz Azul, Bello enfrentó dificultades para consolidarse en el primer equipo debido a la llegada de jugadores con renombre y experiencia en la Liga MX. Ahora, a sus 37 años y retirado de la máxima categoría, reflexiona sobre su trayectoria y las barreras que enfrentan los futbolistas formados en casa.
En una conversación exclusiva con Vamos Azul, Bello reveló los momentos cruciales de su carrera, especialmente su salida del club cementero. “Yo ya era como el siguiente para ser el titular, pero pues obviamente tú sabes que entonces la compra de jugadores y esto y lo otro, pues refuerzan al equipo”, comentó, refiriéndose a la llegada de jugadores como Joao Rojas y Sergio “Zipo” Nápoles, quienes ocuparon las posiciones que él aspiraba a consolidar.
Bello no ocultó su frustración por lo que considera una falta de oportunidades para los jugadores formados en el club. “A los de casa les cuesta más que a los que vienen de afuera, eso es ley”, expresó. Para él, los directivos deberían priorizar a los talentos locales, invirtiendo en su desarrollo antes de buscar refuerzos externos. Sin embargo, reconoce que esas decisiones están fuera de su control.
Una nueva etapa en su vida profesional
El exfutbolista, sin embargo, ha encontrado consuelo y un nuevo hogar en el Irapuato, un club que describe con cariño. “Me duele obviamente la salida porque uno piensa que es el siguiente y pues no hay esa oportunidad, pero también le doy gracias a Dios por haber salido porque llegué a un club que se volvió mi casa”, reflexionó. A pesar de los desafíos, Bello ha mantenido su pasión por el deporte y sigue vinculado al fútbol de maneras significativas.
Actualmente, tras su paso por los Chapulineros, Bello ha dedicado su tiempo a formar nuevas generaciones de futbolistas. “Tengo 37 años recién cumplidos y mi último equipo fue Chapulineros. Ahorita ya no estoy ahí por cuestiones de la liga. Ahora tenemos un centro de formación con otro amigo, estamos trabajando con los niños y los jóvenes, tratándoles de ayudar un poco y darles un poco de lo que aprendimos durante mucho tiempo en el fútbol”, explicó sobre su vida actual.
Las palabras de Bello resuenan en un momento en que muchos clubes de la región se enfrentan a decisiones sobre cómo equilibrar las necesidades de rendimiento inmediato con el desarrollo a largo plazo de sus propias canteras. El ejemplo de su carrera y su nuevo rol como formador subraya la importancia de valorar y apoyar a los talentos locales, un desafío que no es exclusivo de Cruz Azul, sino que se repite en todo el continente.