Álvaro Fidalgo, capitán de las Águilas, ha sido el foco de una crítica recurrente que lo etiqueta como un “pasador hacia atrás”, un juicio que se ha difundido en redes sociales y foros. Sin embargo, datos recientes demuestran que esta percepción no solo es errónea, sino que también oculta su papel crucial en la ofensiva del Club América.
El mediocampista español ha sido fundamental en el éxito del equipo, y su influencia en el juego es innegable. Según las estadísticas de Statiskicks, Fidalgo se posiciona como el centrocampista con más pases progresivos por partido en toda la Liga MX. Además, lidera en conducciones exitosas y pases hacia el último tercio de la cancha, lo que resalta su capacidad para avanzar el juego.
Su contribución, aunque a menudo no se traduce directamente en asistencias o goles, es esencial para mantener la estructura ofensiva del entrenador André Jardine. Fidalgo es el eje sobre el cual gira el ataque del equipo; cada jugada inicia, se desarrolla y se filtra a través de su inteligencia táctica, facilitando que jugadores como Allan Saint-Maximin y Zendejas puedan destacar en la zona de definición.
Más allá de las cifras, el impacto de Fidalgo se manifiesta en su liderazgo silencioso y su capacidad para presionar, convirtiéndolo en un pilar táctico del equipo. Los análisis estadísticos no dejan lugar a dudas: Fidalgo no es simplemente un pasador lateral; es el motor que impulsa al América hacia adelante, desafiando las narrativas simplistas que han rodeado su estilo de juego.
En conclusión, tras revisar los datos y su relevancia en el campo, es evidente que cualquier duda sobre el papel de Fidalgo en el América debe ser reconsiderada. Su capacidad para influir en el juego lo coloca entre los futbolistas más destacados de la liga, y su impacto va mucho más allá de lo que reflejan las estadísticas tradicionales.
































































