El Atlético llegó a Balaídos con la moral alta, pero se marchó sin aliento tras un empate 1-1 contra el Celta. Este resultado se dio en un partido marcado por la expulsión del defensor francés Lenglet, quien recibió una segunda tarjeta amarilla en un momento crucial del encuentro. El Atlético dominaba el encuentro al final de la primera mitad, pero esta situación se volvió en su contra tras la tarjeta roja.
A pesar de ser el único equipo sin victorias en la Liga, el Celta logró mantener su racha de empates, consiguiendo el sexto 1-1 en ocho jornadas. Aunque el empate podría parecer poco significativo, el contexto era complicado para el Atlético, que tuvo que jugar durante más de una parte con un futbolista menos. El equipo colchonero, que había anotado 13 goles en sus tres partidos anteriores, mostró signos de incertidumbre ante la adversidad.
Los primeros minutos del partido revelaron la tensión en el aire. A los dos minutos, Jutglá lanzó un centro al área que Borja Iglesias dejó pasar, en lugar de rematar a puerta. Cuatro minutos después, Griezmann hizo una espectacular asistencia a Barrios, quien envió el balón al área, pero la defensa del Celta falló, permitiendo que Starflelt anotara en propia puerta, poniendo al Atlético en ventaja.
La primera mitad transcurrió con el Atlético controlando el juego hasta la polémica expulsión de Lenglet en el minuto 40, que dejó al equipo con diez jugadores. Esta decisión del árbitro fue discutida, pero Lenglet, conocido por su estilo de juego arriesgado, cometió un error que le costó caro. Antes del descanso, Oblak tuvo que intervenir en un par de ocasiones para evitar que Borja Iglesias aumentara la cuenta.
El entrenador del Atlético, Simeone, se vio obligado a realizar ajustes tácticos, sacrificando a Griezmann en el tiempo añadido de la primera mitad para estabilizar la defensa. Sin embargo, a medida que avanzaba el partido, el equipo se sentía cada vez más acorralado en su propia área.
El equilibrio se rompió cuando Iago Aspas, quien había entrado como sustituto, inició una jugada que terminó en gol. Oblak detuvo un remate de Borja Iglesias, pero el balón quedó a disposición de Aspas, quien no desaprovechó la oportunidad para igualar el marcador. A pesar de los múltiples cambios de Simeone para recuperar la ventaja, el Atlético solo pudo rasguñar un empate en un partido complicado.
El resultado deja un sabor agridulce para el Atlético, que llega a un parón internacional fuera de los puestos de Champions. El equipo deberá reflexionar sobre este encuentro y buscar mejorar en los próximos partidos.