Ed Sheeran regresa a la escena musical con su nuevo álbum Play, una obra que simboliza no solo su regreso a la vitalidad del pop, sino también una reacción a los desafíos personales y profesionales que ha enfrentado en los últimos años. En una reciente entrevista en el podcast de The New York Times, el cantante británico compartió que este álbum surge después de lo que él mismo describe como “dos años de verdadera nubosidad”, un periodo marcado por la pérdida de dos amigos cercanos y el diagnóstico de cáncer de su esposa, Cherry Seaborn.
Sheeran revela que su nuevo trabajo es una respuesta instintiva a esas experiencias dolorosas. “Esta es una reacción total de que este tiene que ser el disco más brillante y tecnicolor que podamos hacer”, afirmó. Así, Play busca recuperar el optimismo que lo consolidó como un referente del pop moderno, con canciones nostálgicas como Camera e In Other Words, que evocan sus éxitos previos como Perfect y Thinking Out Loud.
Explorando nuevas influencias musicales
El álbum no solo se queda en la nostalgia, sino que también se aventura en nuevos territorios musicales. Incluye su primera incursión en la música de influencia persa con Azizam y una colaboración inédita con compositores indios en Sapphire, lo que expande su espectro sonoro. “A veces pienso que, como occidentales, creemos que Occidente es todo, cuando en realidad el mundo es enorme”, reflexionó, destacando cómo sus giras internacionales han influido en su apertura a nuevas sonoridades.
Durante la entrevista, Sheeran también abordó su posición en la industria del pop y la competencia generacional. Reconociendo la aparición constante de nuevos talentos, se muestra firme respecto a su lugar: “Creo que es un error verlos como si invadieran tu espacio, porque mi espacio es mi espacio”. Esta postura lo ha llevado a adoptar una mentalidad abierta, recordando cómo, desde sus inicios, ha visto surgir a otros cantautores masculinos.
Desafíos personales y profesionales
Las dificultades que ha enfrentado en su vida personal han dejado una huella significativa en su proceso creativo. Sheeran relató cómo la muerte de Jamal Edwards y Shane, amigos cercanos, junto con el diagnóstico de Cherry y el nacimiento de su segunda hija, lo sumieron en una etapa de depresión. Este contexto, sumado a litigios por derechos de autor, incluida una acusación de plagio sobre Shape of You, lo llevó a tomar medidas preventivas, como grabar todo su proceso de composición desde 2017.
“No soy una alcancía para que alguien venga a pinchar”, sentenció, refiriéndose a su decisión de llevar uno de los casos a juicio para defender su integridad artística. Además, Sheeran reconoció la presión de las expectativas y la percepción pública, admitiendo que, a lo largo de su carrera, ha sido objeto de críticas, incluso cuando sus canciones alcanzaban el éxito años después de su lanzamiento.
A pesar de los altibajos y las críticas, Sheeran mantiene la convicción de que, con el tiempo, los artistas pueden superar la percepción negativa y consolidar su legado. “Llega un momento en la carrera en que se trasciende todo eso”, reflexionó, dejando claro que su apuesta es resistir y perdurar, confiando en que su música hablará por sí sola.