Ensenada, Baja California.- La próxima revisión del T-MEC en 2025 será crucial para la industria automotriz de México, según expertos de CETYS Universidad. Durante el webinario titulado “T-MEC: Revisión en Marcha – Retos y Perspectivas para las Reglas de Origen Automotrices”, se destacó la urgencia de que México colabore estrechamente con las empresas automotrices estadounidenses para incrementar la competitividad de Norteamérica frente a los avances globales, especialmente en electrificación.
Retos y oportunidades en la renegociación
El Dr. Ismael Plascencia, docente e investigador de CETYS, afirmó que México ha sido el país más beneficiado por los tratados comerciales en la región, multiplicando sus exportaciones a Estados Unidos por seis desde 1995. Este crecimiento ha persistido hasta 2024, con mínimas caídas en algunos años. “La relación entre el crecimiento de la economía mexicana y las exportaciones es directa”, afirmó.
Por su parte, la Dra. Bertha Martínez, coordinadora de la Licenciatura en Logística Internacional en CETYS, señaló que la creciente sofisticación de los requisitos de contenido regional representa un desafío para las empresas medianas que abastecen a la industria. “Comprobar el contenido regional será fundamental, y la falta de documentación rigurosa ha llevado a muchas empresas a optar por pagar aranceles en lugar de seguir dentro del T-MEC”, agregó.
Con la llegada de las políticas implementadas por Donald Trump en 2025, la situación se complica. La Dra. Martínez advierte que la entrada en vigor en 2027 de la cláusula de “melted and poured” para el acero y el aluminio exigirá que estos insumos sean fundidos y colados en América del Norte, lo que podría significar oportunidades para atraer inversiones en fundiciones y acerías en México.
La complejidad de las reglas de origen
Una de las paradojas más destacadas mencionadas por el Dr. Plascencia es que hay autos manufacturados en Estados Unidos que tienen mayor contenido de países externos a Norteamérica que aquellos producidos en México. Para evitar problemas futuros, el Dr. Alfredo Valadez García sugiere que las empresas deben realizar un mapeo exhaustivo de sus cadenas de suministro.
Otro aspecto crítico es la interpretación del principio de “roll-up”, que permite a un componente considerado como 100% regional integrar un vehículo final. A pesar de que un panel de solución de controversias del T-MEC respaldó la postura de México y Canadá, Estados Unidos mantiene criterios más estrictos durante sus auditorías. Esta ambigüedad genera una carga documental adicional y aumenta los costos.
La Dra. Martínez enfatiza que el desenlace de este diferendo será clave en la revisión de 2026, ya que definirá si las reglas serán más pragmáticas o restrictivas para la industria automotriz regional. La renegociación del T-MEC no solo depende de factores comerciales, sino también de elementos políticos y económicos, según los panelistas.
La industria automotriz no solo genera empleos en la cadena de suministro, sino también en investigación, desarrollo e ingeniería, ubicados esencialmente en Estados Unidos. “Los empleos de blue collar no volverán al mercado laboral estadounidense”, añade el Dr. Plascencia.
Finalmente, la Dra. Martínez sostiene que los tres países de Norteamérica deben encontrar formas de seguir siendo amigos y socios estratégicos, enfrentando la competencia de otras regiones del mundo. La competitividad de Norteamérica debe incrementarse, especialmente en la transición hacia la movilidad eléctrica. Si México no adopta una política industrial que facilite esta transición, corre el riesgo de quedar fuera de un segmento clave en la industria automotriz.
