El pasado 8 de septiembre, Gonzalo Piovi, defensa de Cruz Azul, celebró el cumpleaños de su hija Jazmín con una fiesta temática que dejó huella entre los aficionados cementeros. A pesar de haber estado a un paso de unirse al Inter Miami gracias a la influencia de Lionel Messi, Piovi decidió quedarse en La Máquina, donde ha demostrado un rendimiento sólido.
Una fiesta azul celeste
La celebración de Jazmín fue un verdadero homenaje al equipo, con decoraciones y sorpresas inspiradas en Cruz Azul. La esposa de Piovi, Carolina, compartió en sus redes sociales momentos entrañables del festejo, donde incluso Blue y Costalito, las mascotas del equipo, hicieron acto de presencia. Golosinas, pasteles, regalos y una piñata con la temática del club cautivaron a todos los invitados.
Los aficionados no tardaron en comentar en redes sociales: “Piovi solo necesita un título de liga para ser más histórico que otros jugadores que se chingaron toda su carrera en la institución” o “Yo quiero que mi fiesta de cumpleaños tenga la misma temática que la hija de Piovi”. Este respaldo y cariño hacia la familia del jugador reflejan el profundo arraigo que tienen con el club.
Compromiso con la institución
Antes de la celebración, Gonzalo Piovi había dejado claro su compromiso con Cruz Azul, señalando que su posible traspaso no se concretó por “temas de negociaciones que hay en el fútbol”. En un evento benéfico reciente, expresó su satisfacción de seguir formando parte de La Máquina, dejando claro que su corazón está con el equipo.
La realidad es que el amor por Cruz Azul va más allá de los resultados en el campo; se manifiesta en momentos familiares como el cumpleaños de Jazmín, donde la pasión por el club se convierte en un motivo de unión y alegría. En un entorno donde las negociaciones y cambios son constantes, la familia Piovi se reafirma como un ejemplo del compromiso con el equipo y la afición.
