La reciente salida de Christian Horner del equipo Red Bull Racing ha dejado una huella profunda en la Fórmula 1. Sergio Pérez, quien había anticipado el descalabro del equipo, ahora se encuentra en el centro de una conversación que reaviva los ecos de un pasado glorioso y las dificultades actuales. Horner, conocido por su liderazgo durante años, se convirtió en el responsable de una serie de decisiones que llevaron al equipo a perder su estatus de dominante en la competición.
Durante una entrevista en el podcast “Desde el Paddock”, Pérez compartió su perspectiva sobre su salida del equipo y reveló que, a pesar de las tensiones, había indicios de que en Red Bull había un “profundo arrepentimiento” por su despido. En sus palabras, “muy en el fondo estaban muy arrepentidos”, lo que sugiere que la dirección del equipo no había anticipado las repercusiones de sus decisiones.
El piloto mexicano también destacó que hubo una falta de apoyo hacia él por parte del equipo, lo que complicó su desempeño y generó una atmósfera de presión en el garaje. “Tan fácil que hubiera sido que el equipo me protegiera”, comentó Pérez, aludiendo al constante escrutinio mediático que enfrentó a lo largo de la temporada. Esa presión, según él, afectó tanto a los ingenieros como al resto del equipo, lo que a la postre se tradujo en un rendimiento por debajo de las expectativas.
La salida de figuras clave como Adrian Newey, director técnico, y Jonathan Wheatley, director deportivo, fue un golpe contundente para Red Bull. Pérez señaló que estas decisiones fueron también responsabilidad de Horner, quien, al parecer, no pudo mantener la cohesión del equipo en momentos críticos. La pérdida de estos talentos, junto a la falta de dirección clara, marcó el inicio de un proceso de declive que muchos consideran irreversible.
La pregunta sobre si Red Bull debería disculparse con Pérez surgió durante la conversación. Su respuesta fue clara, pero matizada. “No, al final el deporte es así”, afirmó, reconociendo que el entorno competitivo lleva a decisiones difíciles. Sin embargo, también dejó entrever que las decisiones tomadas por el equipo bajo la dirección de Horner fueron influenciadas por presiones que ellos mismos habían generado.
Con la salida de Horner, muchos se cuestionan si hay una posibilidad de que Pérez regrese a Red Bull en el futuro. Si bien el piloto ha mencionado que un regreso sería posible en un “multiverso”, la realidad es que, por el momento, su relación con el equipo parece cerrada. Ahora que Red Bull enfrenta una reestructuración, la posibilidad de un retorno parece remota y poco probable, especialmente considerando que el piloto se encuentra en la etapa final de su carrera en la Fórmula 1.
La situación se complica aún más cuando se considera la historia reciente del equipo. Horner había intentado desviar la atención de los problemas del auto, culpando a Pérez por no alcanzar el Campeonato de Constructores. Sin embargo, Max Verstappen contradijo esta narrativa al afirmar que “el problema no es el segundo piloto, es el auto”, lo que indica que las fallas en el rendimiento no eran atribuibles únicamente a Pérez.
Los intentos de Red Bull por reemplazar a Pérez con Liam Lawson y Yuki Tsunoda resultaron en fracasos evidentes, lo que refuerza la idea de que el equipo no supo manejar adecuadamente la situación. La presión sobre el equipo fue palpable y, en lugar de encontrar soluciones, se optó por culpar a su piloto. La salida de Newey, quien expresó su malestar por la dirección del equipo tras un escándalo de conducta inapropiada que involucró a Horner, solo añadió más tensión a una atmósfera ya cargada de desafíos.
En la actualidad, Red Bull se enfrenta a una encrucijada. Sin las figuras que alguna vez fueron pilares del equipo, como Mateschitz y Honda, la estructura del equipo se tambalea. La pregunta que muchos se hacen es si Max Verstappen, a pesar de ser tetracampeón, podrá mantener al equipo en la lucha por los títulos bajo las nuevas regulaciones que se avecinan. La incertidumbre es palpable y podría obligar a Verstappen a reconsiderar su futuro con la escudería.
En conclusión, el despido de Christian Horner es el reflejo de una serie de decisiones que han afectado profundamente a Red Bull Racing. Con la salida de figuras clave y un ambiente interno tenso, la escudería se enfrenta a un futuro incierto. La historia de Pérez y su relación con el equipo ilustra las complejidades del deporte, donde las decisiones pueden tener repercusiones mucho más amplias de lo que inicialmente se anticipa.