La “ley del hielo” se ha convertido en una estrategia preocupante en el ámbito laboral, donde se busca el despido silencioso de los trabajadores. Según el abogado Sebastián Ramírez (@leyesconsebas), esta práctica afecta a más empleados de lo que se podría imaginar en España y, por fortuna, “lo bueno es que tiene solución”.
¿Qué es la “ley del hielo”?
Este término se refiere a un mecanismo a través del cual un trabajador es ignorado o se le ocultan información y recursos necesarios para su desempeño. Ramírez explica que esta situación no se limita a lo personal, sino que “ocurre más de lo que la gente se piensa” en el entorno profesional, donde los empleados a menudo desconocen que están siendo víctimas de estas prácticas dañinas.
La finalidad de la “ley del hielo” es que el trabajador se sienta tan presionado que decida abandonar la empresa por su propia voluntad, lo que permite a la misma evitar costosas indemnizaciones y derechos a prestaciones por desempleo. “Es una estrategia de machacar a la persona para que se vaya”, denuncia Ramírez.
De acuerdo con un informe de InfoJobs, el 57% de los empleados ha experimentado situaciones de despido silencioso, que pueden incluir el aislamiento, la sobrecarga de trabajo, o la exclusión de reuniones importantes.
Señales de alarma y sus repercusiones
Identificar el despido silencioso puede ser complicado, ya que las señales suelen aparecer de forma gradual. Cambios repentinos en la carga de trabajo, estancamiento profesional, evaluaciones negativas, y falta de comunicación son algunos de los indicios más comunes. Los expertos en recursos humanos advierten que “las señales más evidentes son la retirada de funciones y responsabilidades habituales sin una razón clara”, lo que puede generar ansiedad, estrés y un ambiente laboral tóxico.
Las empresas que utilizan esta táctica buscan evitar las consecuencias legales de un despido formal. La consultora Cristina Mulero señala que “la razón más común es evitar un despido y las consecuencias legales del mismo”. Esto no solo les ahorra en indemnizaciones, sino que les da mayor margen de maniobra ante conflictos internos.
Protección jurídica para los trabajadores
Frente a estas situaciones, Ramírez destaca que hay mecanismos legales que permiten a los trabajadores hacer valer sus derechos. “Tienes que solicitar el autodespido y marcharte con indemnización y paro, demostrando lo que te estaban haciendo en tu trabajo”, subraya. El Estatuto de los Trabajadores protege la extinción indemnizada de la relación laboral en casos de acoso o cambios sustanciales en las condiciones laborales.
La recopilación de pruebas es crucial para demostrar el trato recibido y los trabajadores no deben aceptar en silencio condiciones que vulneren sus derechos. Ramírez aconseja: “Infórmate, actúa y defiéndete, porque tu bienestar y tu trabajo merecen respeto”. La Inspección de Trabajo tiene la autoridad para imponer sanciones económicas a las empresas que incurran en acoso laboral, y los tribunales reconocen el derecho a compensación y prestaciones en estos casos.
Por último, es fundamental que los departamentos de recursos humanos implementen protocolos claros para abordar estas situaciones y proteger a los empleados que denuncien estas prácticas, garantizando así un ambiente laboral más justo y respetuoso.