Micah Parsons hizo su regreso al AT&T Stadium este domingo, pero esta vez vistiendo los colores de los Green Bay Packers. Tras cuatro temporadas con los Dallas Cowboys, el estelar cazamariscales volvió al inmueble que conoció como su hogar, apenas un mes después de un sorpresivo intercambio que puso fin a un largo desacuerdo contractual.
El traspaso de Parsons a Green Bay se concretó durante el campamento de entrenamiento, después de que no se alcanzara un acuerdo para una extensión de contrato con los Cowboys. Este movimiento incluyó una extensión de cuatro años y una cifra exacta no especificada, convirtiéndose en la más alta en la historia de la NFL para un jugador que no ocupa la posición de mariscal de campo.
El propietario de los Cowboys, Jerry Jones, mencionó que en algún momento pensó que había un acuerdo con Parsons por un monto anual que lo habría convertido en el primer defensivo en superar los 40 millones. Sin embargo, esas negociaciones se realizaron en privado, sin la participación de su agente, David Mulugheta, quien fue designado como su representante principal.
En lo que va de la temporada, Parsons ha acumulado 1.5 capturas, formando parte de un equipo de los Packers que tiene un récord de 2-1. Por otro lado, los Cowboys enfrentan problemas defensivos y se encuentran en la última posición de la liga en defensa contra el pase, justo antes de enfrentarse al mariscal Jordan Love.
Parsons reconoció que enfrentar a su antiguo equipo sería “doloroso”, especialmente la posibilidad de capturar a su excompañero y amigo, Dak Prescott, quien está teniendo una temporada complicada, a pesar de su buen nivel, con la franquicia de Dallas que tiene un récord de 1-2.
La llegada del linebacker generó expectación entre los aficionados. A través de videos en redes sociales, se observó cómo Parsons llegó al AT&T Stadium con un traje blanco, antes de cambiarse al uniforme de los Packers. Su entrada al campo suscitó una mezcla de reacciones: silbidos y abucheos de los fanáticos de Dallas, pero también aplausos y vítores de los seguidores de Green Bay.
Las gradas mostraron un contraste notable, con muchas camisetas del número 11 de Parsons en los colores de los Cowboys, algunas de ellas alteradas en protesta hacia Jerry Jones, junto a un número significativo de jerseys verdes con el número 1 en apoyo a su nuevo equipo.
Este partido significó para los aficionados de Dallas enfrentarse por primera vez a uno de los defensivos más destacados que han vestido su uniforme en años recientes, mientras que para los seguidores de los Packers representó la oportunidad de ver brillar a una de las estrellas defensivas más costosas y mediáticas de la liga.
El regreso de Micah Parsons al AT&T Stadium se convirtió en un capítulo especial en esta temporada de la NFL, en medio de abucheos, aplausos y la expectativa sobre el impacto que puede tener con los Packers en su búsqueda de protagonismo en la Conferencia Nacional.