En un giro significativo en la percepción de riesgo de Petróleos Mexicanos (Pemex), la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) anunció que la calificadora Moody’s Ratings elevó su calificación crediticia de B3 a B1 con perspectiva estable este 8 de septiembre de 2023. Este cambio no solo resalta el compromiso del Gobierno mexicano por apoyar a la petrolera estatal, sino que también marca un avance crucial en su estrategia financiera.
Apoyo gubernamental y nuevas estrategias
Según la SHCP, la decisión de Moody’s se basa en el respaldo demostrado por la administración actual para asegurar que Pemex cumpla con sus obligaciones financieras hasta 2027. Esto incluye la implementación del Plan Estratégico 2025-2035, el cual tiene como objetivo revitalizar la compañía a través de nuevas tácticas de capitalización y financiamiento. Entre las acciones destacadas están la emisión de Notas Pre Capitalizadas y la utilización de un vehículo de inversión gestionado por Banobras.
Además, la reciente oferta de recompra de bonos por parte de Pemex, anunciada el 2 de septiembre, busca optimizar su perfil de amortizaciones. Esta oferta incluye un monto máximo de 9,900 millones de dólares y se extenderá hasta el 30 de septiembre de 2023, abarcando 11 series de bonos. Los inversionistas que participen recibirán pagos correspondientes a los intereses acumulados de los títulos aceptados.
Desafíos financieros y metas a futuro
La realidad es que Pemex enfrenta un panorama complicado. Con una deuda financiera que asciende a 99,000 millones de dólares y otra deuda con proveedores que suma 23,000 millones de dólares, la empresa se encuentra entre las petroleras más endeudadas del mundo. El calendario de vencimientos es otro punto crítico, con 5,100 millones de dólares a pagar en 2025, 18,700 millones de dólares en 2026 y 7,700 millones de dólares en 2027.
Sin embargo, la SHCP reafirmó su compromiso de seguir respaldando la estrategia financiera de Pemex. Este apoyo complementa los esfuerzos internos de la empresa para fortalecer tanto su situación operativa como su gestión administrativa, en un contexto donde el Gobierno ha sido clave para garantizar el cumplimiento de las obligaciones de la petrolera.
En resumen, la elevación de la calificación por parte de Moody’s representa no solo una validación de los esfuerzos actuales, sino también un reto continuo para Pemex en su búsqueda de la autosuficiencia financiera y la mejora de su imagen ante los mercados internacionales.