El mundo de la justicia y la televisión se encuentra de luto tras el fallecimiento de Frank Caprio, un destacado juez municipal de Providence, Rhode Island, quien ganó popularidad gracias a su programa de telerrealidad. Caprio, conocido por su empatía y compasión en el estrado, murió a los 88 años a causa de un cáncer de páncreas, según un comunicado de su familia.
Un legado de empatía en los tribunales
Caprio se jubiló en 2023, después de casi 40 años en el Tribunal Municipal de Providence, donde siempre afirmaba que su corte era “donde la gente y los casos se abordaban con amabilidad y compasión”. Su programa, Caught in Providence (Atrapado en Providence), que se emitió a través de la cadena Law & Crime, lo catapultó a la fama nacional, acumulando más de 800 millones de visitas en YouTube.
El programa, que comenzó a transmitirse en 1988, mostraba juicios reales en tiempo real por infracciones de tráfico y delitos menores. Caprio se diferenciaba de otros jueces televisivos por su disposición a escuchar y entender las circunstancias de los acusados, como se evidenció en un famoso episodio donde desestimó una multa a un hombre de 96 años que llevaba a su hijo a tratamientos de cáncer.
Un hombre de familia y comunidad
Nacido en 1936, Caprio fue el segundo de tres hijos en una familia de inmigrantes italianos. Su padre, vendedor ambulante de frutas y lechero, lo inspiró desde joven a comprender la importancia de la empatía en la vida. “Nunca se quejaba”, recordaba Caprio sobre su padre, lo que moldeó su carácter y su enfoque hacia la justicia.
Graduado de la Providence Central High School y del Providence College, Caprio también fue profesor y miembro del Consejo Municipal de Providence. Su carrera judicial, que se extendió por casi cuatro décadas, lo convirtió en un símbolo de justicia en su comunidad, donde su tribunal se transformó incluso en un atractivo turístico.
El gobernador de Rhode Island, Dan McKee, expresó su pesar por la pérdida de Caprio, destacando su conexión profunda con la comunidad y su calidez. “Era más que un jurista: era un símbolo de empatía en el estrado”, dijo McKee, quien ordenó que las banderas ondearan a media asta en honor al juez.
Caprio deja atrás a su esposa, Joyce Caprio, cinco hijos, siete nietos y dos bisnietos. Su legado perdurará en la memoria de aquellos que lo conocieron y en los millones que se sintieron inspirados por su vida y su trabajo.