Un escalofriante caso ha salido a la luz en Villaverde, en la Comunidad de Madrid, donde un profesor de inglés, I. H. R., ha admitido haber abusado sexualmente de tres niñas menores de edad durante el curso escolar 2018/2019. El docente, que impartió clases en un colegio local desde 2014 hasta su despido en enero de 2019, reconoció los hechos en un acuerdo de conformidad con la fiscalía, lo que le permitirá reducir la pena que enfrentaba.
Detalles del abuso
El acusado confesó que durante el tiempo que impartió clases a los alumnos de quinto y sexto de Primaria, se acercó a una de sus víctimas, una niña de once años, susurrándole al oído que le gustaban los tríos y que quería “hacer el amor” con ella. Este tipo de comentarios provocaron en la menor una evidente situación de nerviosismo, pues el profesor incluso llegó a ofrecerle una cama de matrimonio cuando cumpliera dieciocho años.
En otro incidente, el profesor se dirigió a la misma niña mientras ella jugaba a las cartas con una amiga, preguntando si podía unirse y, al no poder hacerlo, comentó que le gustaban los tríos. A medida que el curso avanzaba, el acusado continuó con su comportamiento inapropiado, tocando a la menor en varias ocasiones y haciendo insinuaciones sexuales.
Consecuencias legales y reparación
El Ministerio Fiscal había solicitado una pena de trece años de prisión, desglosada en dos delitos continuados de abuso sexual a menor de 16 años con cinco años de pena por cada uno y otro delito adicional de tres años. Como parte del acuerdo, el profesor deberá pagar una indemnización de 12,000 euros al colegio como responsable civil subsidiario, por los daños morales que causó a las tres menores.
A pesar de la gravedad de los delitos, el reconocimiento de los hechos por parte del acusado ha llevado a una reducción de la pena, lo que ha generado preocupación entre las familias y la comunidad educativa. Este caso resalta la urgencia de crear entornos seguros en las escuelas y de implementar protocolos adecuados para prevenir y actuar ante el abuso sexual infantil.
Las autoridades educativas y legales deben tomar cartas en el asunto para asegurar que situaciones como esta no se repitan, ofreciendo protección a los menores y justicia a las víctimas. La realidad es que cada caso de abuso tiene un impacto profundo en las vidas de los menores, y es responsabilidad de todos proteger su bienestar.