La administración de Donald Trump ha desatado una nueva ola de terror contra los migrantes en Estados Unidos, intensificando sus operativos de detención con la redada más grande hasta ahora en Georgia, donde fueron arrestadas 475 personas en una planta de Hyundai que produce vehículos eléctricos. Este operativo, realizado el 3 de julio de 2024, movilizó a cientos de agentes de varias agencias, incluyendo el ICE, y se calificó como la mayor operación en un solo sitio en la historia de la agencia.
La redada tuvo lugar en el condado Bryan, donde la planta de Hyundai se extiende por más de mil 200 hectáreas y ha sido promovida como un hito en el desarrollo económico por el gobernador Brian Kemp. A pesar de que la mayoría de los detenidos son de origen surcoreano, se informó que algunos cruzaron la frontera sin autorización legal, mientras que otros tenían visas vencidas o entraron al país con excepciones que les prohibían trabajar.
Operativos de terror y nuevas instalaciones de detención
El operativo fue resultado de una investigación de varios meses sobre la contratación ilegal en la planta, que ahora se enfrenta a un escrutinio intenso. Según el agente principal de Investigaciones de Seguridad Nacional en Georgia, Steven Schrank, la identidad de la empresa que contrató a estos trabajadores sigue sin conocerse. Durante la redada, algunos intentaron escapar, incluso uno nadando por debajo de una lancha en un estanque de aguas residuales, lo que ilustra la desesperación de quienes buscan evadir la captura.
En paralelo, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, anunció la apertura del nuevo centro de detención ‘Deportation Depot’, con capacidad para hasta dos mil personas, sumándose a Alligator Alcatraz, otro emblemático centro de detención que ha visto un aumento en la población de migrantes bajo custodia. Desde la llegada de Trump a la presidencia, el número de detenidos ha alcanzado cifras alarmantes, con más de 61,226 personas bajo custodia en agosto.
El uso de tecnología para la vigilancia de migrantes
Activistas han denunciado el uso de un software espía por parte del ICE, que permite a la agencia acceder a la información de los dispositivos móviles sin el conocimiento de los usuarios. Este software, conocido como Paragon, tiene la capacidad de infiltrarse en aplicaciones de mensajería como WhatsApp y Signal, lo que despierta preocupaciones sobre la privacidad y la seguridad de las comunidades migrantes.
La situación es aún más alarmante considerando que el ICE ha reactivado un contrato de dos millones de dólares con Paragon, lo que indica una escalada en las tácticas de vigilancia. María Elena Camargo, del colectivo Migrantes Mexicanos, advirtió que esta tecnología se ha utilizado previamente para atacar a activistas y periodistas, lo que pone a las organizaciones defensoras de migrantes en un punto de mira peligroso.
En medio de este clima de hostilidad, las organizaciones defensoras de los derechos humanos continúan alertando sobre las violaciones sistemáticas que enfrentan los migrantes en Estados Unidos. Los recientes eventos subrayan un patrón de deshumanización y represión que afecta no solo a los migrantes, sino también a quienes luchan por sus derechos.
