Santiago Giménez ha dejado una huella imborrable en la historia del Cruz Azul tras formar parte del equipo que conquistó la novena estrella en el torneo Guardianes 2021. Aunque no jugó todos los partidos como titular, sus goles fueron cruciales para que la Máquina levantara el campeonato. Sin embargo, su camino no se detuvo allí; el Bebote decidió probar suerte en el fútbol europeo, donde ahora brilla en el Milan de Italia.
Un tesoro inesperado
Durante una reciente conversación con Nación Azul, Rubén Acevedo, un apasionado coleccionista, reveló que posee varios objetos valiosos relacionados con el club cementero, incluyendo la medalla de campeón de Santiago. Este fanático, que también guarda guantes de leyendas como Chuy Corona y Conejo Pérez, ha decidido no vender su colección, a pesar de haber recibido ofertas que alcanzan los 25 mil pesos.
“No vendo nada, forman parte de lo que soy”, declaró Acevedo, dejando claro que su amor por el club va más allá de lo material. Su colección, que considera invaluable, es un testimonio de su devoción hacia el Cruz Azul y sus íconos.
La historia de un legado
El vínculo de Santiago con el Cruz Azul es profundo. Desde sus inicios en las fuerzas básicas, fue inspirado por su padre, Christian “Chaco” Giménez, quien es un referente en la historia reciente del club pero no logró conquistar un título de liga. A diferencia de su padre, el Bebote alcanzó este hito en un tiempo relativamente corto, algo que ha marcado una diferencia generacional en la familia Giménez.
Aunque actualmente ni Santiago ni Chaco están vinculados directamente al club, ambos continúan mostrando su cariño por la institución. De hecho, “Santi” ha mencionado en varias ocasiones la posibilidad de regresar algún día al equipo que lo vio crecer y donde forjó sus sueños como futbolista.
La realidad es que, mientras Santiago Giménez sigue conquistando Europa, su legado en el Cruz Azul no se olvida. La medalla de campeón, aunque no esté en su casa, simboliza un capítulo importante en su carrera y es parte de la historia que une a padre e hijo en el corazón de los aficionados cementeros.
