El presupuesto de egresos para el año 2026 en México ha sido objeto de un análisis profundo que revela las prioridades del gobierno en términos de gasto público. Se estima que el gasto total alcanzará los 10.2 billones de pesos, lo que representa un incremento del 9.6% comparado con el año anterior. Este aumento se traduce en un crecimiento real superior al 6%, considerando una inflación del 3%. Sin embargo, esta cifra se considera elevada y no parece compatible con un manejo fiscal saludable.
Dentro del gasto total, cerca del 70% corresponde a gasto programable y el 30% a gasto no programable. En el ámbito del gasto no programable, que suma 3.1 billones de pesos, los dos componentes más significativos son el costo financiero de la deuda y las participaciones a estados y municipios, que juntos representan el 97.5% del total. Es preocupante que el costo del servicio de la deuda ya supere las participaciones, con un costo financiero estimado en 1.57 billones de pesos, lo que equivale al 15.4% del presupuesto total.
La administración actual ha centrado sus esfuerzos en incrementar los recursos destinados a los Programas para el Bienestar, que incluyen apoyos a adultos mayores y becas. Se proyecta que el gasto social aumente de 835 mil millones a 987 mil millones de pesos, lo que representa un crecimiento del 18%. Este aumento es impulsado principalmente por las pensiones de adultos mayores, el apoyo a mujeres y los programas de becas, que juntos constituyen casi el 91% del total del gasto social.
Un aspecto crítico del presupuesto es el gasto en pensiones, que se encuentra en 1.7 billones de pesos. Este gasto es considerado como un derecho adquirido que el Estado debe honrar y se prevé que aumentará a medida que más personas se jubilen bajo las normativas actuales. Con el envejecimiento poblacional, se anticipa que esta tendencia se revertirá en aproximadamente una década.
En cuanto a la inversión en infraestructura estratégica, se contempla un aumento significativo de 189 mil millones a 536 mil millones de pesos, destacando la asignación de 247 mil millones a Pemex y 61 mil millones a CFE. Los proyectos de trenes también recibirán una fuerte inversión, alrededor de 140 mil millones de pesos, que en conjunto representan casi el 85% de la inversión total.
Por otro lado, las reducciones presupuestarias en ciertas áreas, como el gasto del poder judicial y la eliminación de organismos autónomos, han generado críticas por el posible impacto negativo en la confianza institucional. En resumen, el análisis del presupuesto de egresos 2026 indica que el enfoque principal sigue siendo el gasto social, mientras que el endeudamiento plantea serias restricciones y la situación de Pemex continúa siendo un punto vulnerable.