La reciente imposición de aranceles a la industria farmacéutica por parte de la administración de Donald Trump podría tener un trasfondo más estratégico que simplemente buscar ingresos fiscales. Según analistas, estos aranceles podrían ser utilizados como una herramienta de presión para que los fabricantes se integren en el esquema de precios conocido como NMF (Most Favored Nation Pricing), en lugar de provocar un sistema impositivo que podría perjudicar a los ciudadanos estadounidenses.
Trump sugirió que se anticipan acuerdos con varias empresas farmacéuticas, señalando específicamente a Lilly durante una reciente conferencia de prensa en la que se celebró un acuerdo con Pfizer. Esta declaración indica un posible inicio de negociaciones entre el gobierno estadounidense y los productores de medicamentos.
El marco de precios del NMF aún no ha sido detallado, pero el gobierno estadounidense está preparando la plataforma “TrumpRx.gov”, que permitirá a los ciudadanos adquirir medicamentos directamente, evitando intermediarios a partir de 2026. Sin embargo, las proyecciones de Bank of America indican que la cantidad de personas que realmente podrían beneficiarse de esta plataforma sería “relativamente pequeña”.
Desde el ámbito farmacéutico, las negociaciones comenzaron inmediatamente después de que Trump enviara cartas a los líderes de las principales compañías. Por ejemplo, Novo Nordisk anunció que ofrecerá su medicamento para la diabetes, Ozempic, a un precio de 499 dólares mensuales para pacientes que paguen en efectivo y cumplan con ciertos requisitos. Lilly también ha manifestado que proporcionará sus dosis más altas del medicamento Zepbound a través de su sitio web para clientes que paguen en efectivo.
AstraZeneca informó que empezará a vender directamente sus medicamentos para la diabetes y el asma a precios con descuentos que podrían alcanzar hasta el 70%. Sanofi, por su parte, anunció que ofrecerá un suministro mensual de insulina por 35 dólares a todos los pacientes en EE.UU. con una receta válida, sin importar su seguro médico. Roche y Novartis también han expresado su intención de vender directamente a los consumidores para reducir costos y abordar las diferencias de precios entre EE.UU. y otros países.
En Suiza, el CEO de Scienceindustries, Stephan Mumenthaler, comentó que varias compañías químicas y farmacéuticas están buscando formas de disminuir los márgenes de intermediación, en respuesta a los nuevos aranceles impuestos por la administración estadounidense. Esta agrupación, que representa a cerca de 250 empresas, anticipa que en las próximas semanas podrían surgir más acuerdos similares al logrado con Pfizer.
Mumenthaler enfatizó que el enfoque de estas empresas se centra en encontrar alternativas que reduzcan los costos para los consumidores, manteniendo precios similares a los anteriores, pero con un beneficio directo para el cliente final.