La reciente decisión de Estados Unidos de implementar un arancel de 160 dólares por paquete enviado desde México ha generado gran preocupación entre empresas y consumidores. A partir del 29 de agosto de 2023, todos los envíos personales enfrentarán este nuevo costo, que podría incrementar los gastos de paquetería en hasta 3,000 pesos, afectando a quienes dependen de estas transacciones para sus negocios.
Implicaciones del nuevo arancel
El fin de la franquicia personal, que permitía envíos de hasta 800 dólares sin impuestos, complica aún más el panorama. Empresas como UPS ya se están preparando para hacer frente a estos cambios, asegurando que, a pesar del incremento en costos, buscarán simplificar el proceso de envío. La firma ha lanzado el servicio UPS Global Checkout, que permite a los compradores conocer el costo total, incluidos aranceles y tarifas, antes de completar sus compras.
Roberto Zapata, especialista en comercio exterior y exembajador de México ante la Organización Mundial del Comercio, advirtió que esta revisión del esquema de minimis por parte de Estados Unidos podría resultar en mayores costos operativos, requisitos aduaneros más estrictos y un impacto directo en plataformas de comercio electrónico. Este cambio es un reflejo de una tendencia global hacia una mayor regulación en envíos internacionales.
Reacciones en el sector empresarial
Por su parte, Jorge Molina, exnegociador del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), enfatizó que este nuevo arancel aumentará los costos de producción. Muchas empresas han utilizado el esquema anterior para enviar productos a Estados Unidos de manera eficiente, asegurando que los suministros lleguen justo a tiempo.
En días recientes, se ha informado que la Unión Europea y Correos de México han suspendido sus envíos hacia Estados Unidos, alineándose con la nueva disposición que obliga a todos los paquetes a pagar aranceles. Es importante mencionar que el arancel no se aplica a los productos en sí, sino al método de envío, lo que plantea un desafío adicional para las empresas mexicanas que exportan hacia el norte.
Con estos cambios, queda claro que los envíos de México a Estados Unidos enfrentarán una nueva realidad económica que obligará a las empresas a adaptarse rápidamente para mantener su competitividad.