CIUDAD DE MÉXICO.— La inversión de capital estadounidense en México sufrió una caída del 6% en la primera mitad de 2024, alcanzando los 22,967 millones de dólares, comparado con los 24,333 millones de dólares del mismo periodo del año anterior, según datos de la Secretaría de Economía. Esta disminución se atribuye a la nueva política comercial de Donald Trump y la incertidumbre generada por la reforma judicial.
Impacto en sectores clave
La baja es particularmente alarmante en sectores críticos para la economía nacional. Por ejemplo, la inversión en servicios financieros y seguros se redujo en un 30%, pasando de 9,750 millones de dólares a 6,807 millones de dólares. La industria automotriz, que se considera la joya de la economía mexicana, vio una disminución del 16%, mientras que el comercio mayorista de camiones y autopartes captó un 10% menos. La situación se torna más preocupante en la industria de bebidas y tabaco, que registró un 56% de disminución, y la construcción, que cayó un 74%.
En cuanto a la extracción de petróleo y gas, las empresas estadounidenses desinvirtieron 155 millones de dólares después de haber invertido 396 millones de dólares en el primer semestre de 2024.
Expectativas y condiciones de inversión
El economista en jefe de Rankia Latinoamérica, Humberto Calzada, señaló que las empresas estadounidenses están a la espera de reglas claras antes de reanudar sus inversiones. “Las empresas retomarán sus inversiones en territorio mexicano después de la revisión del T-MEC, cuando existan reglas claras sobre el comercio en América del Norte”, afirmó.
Por su parte, Gabriela Siller, economista en jefe de banco Base, mencionó que la caída en la inversión fija se debe a los aranceles estadounidenses y la incertidumbre respecto a la reforma al Poder Judicial. La relocalización de cadenas productivas, conocida como “nearshoring”, dependerá no solo del crecimiento de exportaciones, sino también de condiciones favorables en infraestructura y política económica.
Desde marzo, Estados Unidos anunció un arancel del 25% a productos que incumplen el T-MEC, lo que podría agravar la situación. Hasta ahora, los bienes exportados bajo este tratado están exentos de tarifas, aunque los vehículos y autopartes enfrentan impuestos del 25% sobre el contenido no estadounidense, y los derivados de acero y aluminio están sujetos a un 50% de arancel.
Reacciones en el ámbito político
La presidenta de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, destacó en Durango que el T-MEC beneficia a ambos países y advirtió que la imposición de aranceles afectaría tanto a México como a EE. UU. Señaló que su administración ha optado por mantener la calma ante la amenaza de aranceles y que es esencial convencer al gobierno estadounidense de que la colaboración es más beneficiosa que la confrontación comercial.
“Poner aranceles siempre va a afectar a Estados Unidos y a México”, subrayó Sheinbaum, enfatizando la necesidad de un enfoque coordinado en temas de seguridad y comercio.
La realidad es que la caída en la inversión extranjera directa estadounidense podría tener consecuencias significativas para la economía mexicana, que ya enfrenta desafíos en un contexto de creciente incertidumbre global.