La relación comercial entre China y México se caracteriza por una desigualdad notable, donde el gigante asiático exporta significativamente más de lo que invierte en el país latinoamericano. Según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), en 2024, la Inversión Extranjera Directa (IED) acumulada de China en México alcanzó los 2,792 millones de dólares, representando apenas el 0.5% del total de la IED que recibe México. Esto coloca a China en la posición 19 entre los principales orígenes de inversión en el país.
Desigualdad en el comercio
En contraposición, las exportaciones chinas hacia México fueron de 119,587 millones de dólares en 2024, lo que representa una cobertura del 20.3% del total de las importaciones mexicanas. Es claro que, aunque China es un proveedor clave de productos, no está invirtiendo de manera proporcional en el fortalecimiento de la economía mexicana. Este fenómeno genera una dependencia en la cadena de suministro, donde México importa insumos y componentes sin recibir inversiones que fortalezcan su propia capacidad productiva.
A partir del 27 de septiembre de 2024, se implementaron nuevos aranceles en Estados Unidos sobre vehículos eléctricos y partes provenientes de China, lo que ha llevado a un debate sobre la necesidad de un enfoque coordinado en América del Norte para gestionar estas importaciones, especialmente en el contexto del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Patrones de importación y exportación
Un análisis del FMI destaca que en el periodo de 2017 a 2023, las importaciones de bienes intermedios de China a México crecieron cerca del 40%, mientras que los bienes de consumo e inversión de capital aumentaron en 100% y 70%, respectivamente. Esto indica un cambio en los patrones de consumo de los hogares mexicanos, junto con un incremento en la importación de maquinaria que busca elevar la capacidad productiva del país.
Es relevante mencionar que las exportaciones mexicanas hacia Estados Unidos han mostrado un crecimiento mayor al de las importaciones desde China, sugiriendo que los productos finales que se envían a la unión americana contienen un valor agregado significativo de la producción mexicana y otros socios comerciales. Entre 2017 y 2023, las exportaciones de México a EU aumentaron en más de 160,000 millones de dólares, mientras que las compras a China solo crecieron en 40,000 millones de dólares. Sin embargo, de estos, 25,000 millones corresponden a bienes intermedios, lo que refleja la necesidad de insumos para la producción destinada a exportación.
La realidad es que la relación comercial entre México y China ilustra una dependencia que podría poner en riesgo la estabilidad económica mexicana si no se toman medidas para equilibrar esta balanza. Es imperativo que México busque diversificar sus fuentes de inversión y fortalecer su cadena de valor interna para mitigar futuras crisis.