La tasa de desempleo en Estados Unidos subió una décima en agosto, alcanzando el 4.3%, mientras que la creación neta de empleos fue de apenas 22,000 puestos, una cifra alarmantemente baja en comparación con el mes anterior, según datos del Bureau de Estadísticas Laborales (BLS).
Este es el primer informe publicado por el BLS luego de que el presidente Donald Trump despidiera a su director, argumentando que la creación de empleo de julio, que mostró 73,000 nuevos puestos, estaba siendo manipulada. Los analistas esperaban una creación de aproximadamente 75,000 empleos en agosto, un mes típicamente difícil para la generación de trabajo.
Impacto en el mercado laboral
El sector de la salud fue el que más empleos generó, sumando 31,000 nuevos puestos. En contraste, el sector manufacturero sufrió una pérdida de 12,000 empleos, lo que refleja una tendencia preocupante en la industria. A su vez, el empleo en el gobierno federal se vio afectado por los recortes de la administración Trump, con una destrucción de 15,000 empleos, acumulando un balance negativo de -97,000 desde enero.
Por grupos demográficos, el desempleo entre mujeres se situó en 3.8%, mientras que entre los hispanos se mantuvo estable en 5.3%. Sin embargo, el desempleo entre afroamericanos alcanzó el 7.5%, y entre los adolescentes, el alarmante 13.9%. Esta desigualdad estructural resalta la necesidad de políticas más efectivas para abordar las disparidades en el mercado laboral.
Reacciones y proyecciones
A pesar de la leve mejora en la participación laboral, que aumentó a 62.3%, y un incremento de 0.3% en los ingresos por hora, los datos negativos han generado expectativas de una posible reducción de tasas de interés en la próxima reunión de la Reserva Federal. Este panorama, sumado a la revisión al alza de la creación de empleo de junio, que pasó de 73,000 a 79,000 nuevos puestos, ofrece un respiro, aunque el futuro laboral sigue siendo incierto.
La realidad es que el informe de empleo no solo refleja cifras, sino que representa el esfuerzo diario de millones de estadounidenses que buscan estabilidad en un entorno económico cambiante. La atención está ahora en cómo el gobierno abordará estas dificultades en un contexto cada vez más competitivo.