La frontera entre México y Estados Unidos ha sido cerrada nuevamente debido a la confirmación de un caso de gusano barrenador en Sabinas Hidalgo, Nuevo León. Este cierre afecta la exportación de ganado mexicano, una medida que el gobierno de México espera que sea reconsiderada.
El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) emitió una notificación urgente tras detectar la plaga en una vaca de ocho meses que había llegado desde el sur de México, donde se conocen brotes activos de esta plaga. Como resultado, se han implementado restricciones en la importación de bovinos, búfalos y caballos mexicanos.
El USDA ha intensificado el monitoreo en los estados de Texas, Arizona y Nuevo México, instalando más de ocho mil trampas para vigilar la situación. Además, se está considerando la liberación de moscas estériles en la región afectada. La agencia ha enfatizado que tomará medidas para proteger a Estados Unidos de esta plaga, incluso si México no coopera plenamente, destacando la necesidad de una colaboración binacional efectiva.
La presidenta de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, expresó que la decisión de cerrar la frontera debería basarse en informes técnicos que reflejen los esfuerzos del gobierno mexicano para controlar la propagación del gusano barrenador. “Hubo un acuerdo con el gobierno de los Estados Unidos para que la decisión no fuera discrecional, sino basada en indicadores técnicos”, afirmó desde Palacio Nacional.
Sheinbaum mencionó que un equipo del USDA estuvo en México durante varias semanas revisando las condiciones de seguimiento establecidas para combatir la plaga. Según información del secretario de Agricultura, Julio Berdegué, se están realizando esfuerzos significativos para prevenir un mayor contagio, y se espera un dictamen por parte del USDA en breve.
De acuerdo con el Consejo Nacional Agropecuario (CNA), el cierre de la frontera a la exportación de ganado mexicano ha provocado pérdidas estimadas en mil 300 millones de dólares. Este cierre no es nuevo, ya que Estados Unidos había comenzado a restringir el flujo de ganado desde noviembre de 2024 tras la detección de la plaga en ganado proveniente de Centroamérica. Aunque la frontera fue reabierta parcialmente en diciembre de ese año, se cerró nuevamente en mayo de este año, lo que llevó a ambos países a intensificar sus esfuerzos para controlar la plaga.
A partir de julio, se inició una apertura gradual de la frontera, que culminó con la reapertura del último punto el 15 de septiembre. Sin embargo, la reciente aparición del gusano barrenador ha llevado a la reinstauración de las restricciones y a un renovado llamado a la cooperación entre ambos gobiernos.