El Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) ha ratificado una sanción de 141.096 euros impuesta al escritor Ildefonso Falcones por la omisión de ciertos ingresos en su declaración de la renta correspondiente al ejercicio 2012. A pesar de esto, en el año 2021, Falcones fue absuelto de una causa penal por un supuesto fraude fiscal que abarcaba los años 2009 a 2011.
Adicionalmente, otro procedimiento similar fue archivado en relación con distintos ejercicios fiscales. El abogado de Falcones, Emilio Zegri, sostiene que esta nueva sanción puede considerarse como un asunto ya resuelto debido a las decisiones judiciales anteriores.
En una sentencia emitida en junio, el TSJC desestimó el recurso presentado por el autor ante la decisión del Tribunal Económico-Administrativo Regional de Catalunya, que permitió continuar con la sanción de Hacienda por la liquidación provisional del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) de 2012. Fuentes del ámbito jurídico han informado que el escritor ha recurrido esta última decisión.
La sentencia del alto tribunal detalla que Falcones había declarado desarrollar su actividad profesional como abogado, aunque la mayoría de sus ingresos provenían de su carrera literaria. Desde 2011, optó por el criterio de imputación según cobros y pagos, presentando una autoliquidación del IRPF que reflejaba un ingreso base de 195.115 euros. Además, reportó un estado informativo de bienes y derechos en el extranjero que incluía cifras destacadas en entidades financieras en EE. UU. y en las Islas Caimán.
La principal causa de la regularización tributaria fue la falta de declaración de ingresos derivados de la cesión de derechos sobre sus obras literarias, los cuales se habían reportado como ubicados en una estructura societaria en el extranjero, en paraísos fiscales. Durante el proceso sancionador, se determinó que parte de los fondos no declarados se utilizaron para la adquisición de una propiedad en Barcelona, valorada en más de 2.4 millones de euros, realizada a través de una empresa intermediaria.
La administración tributaria concluyó que existía una “conducta dolosa” por parte de Falcones al eludir la declaración de la mayoría de sus ingresos generados por la explotación de su obra literaria. En el ejercicio 2012, el autor empleó y se benefició de una estructura societaria simulada, controlada por él, con el único objetivo de evitar la tributación en España, ocultando su renta y patrimonio a la Hacienda Pública.
La Inspección tributaria destacó que todas las maniobras realizadas en el caso se enmarcan en una actitud defraudatoria constante, que buscaba ocultar que Falcones era el verdadero propietario de los derechos económicos de sus obras, repatriando los ingresos a España de manera encubierta. Además, se recordó que el escritor tiene su residencia fiscal en España y, por lo tanto, debe tributar por su renta mundial.