La industria automotriz en México enfrenta un periodo de incertidumbre que se extenderá hasta la revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) programada para 2026. Expertos que participaron en el foro “Acelerando la industria automotriz: Retos y oportunidades” coincidieron en la necesidad de utilizar eficazmente los recursos disponibles para estar mejor preparados para este proceso.
Gabriel Padilla Maya, director general de la Industria Nacional de Autopartes (INA), subrayó que el contexto actual es crítico y que es esencial centrarse en la producción destinada a la exportación. Explicó que los aranceles impuestos por Estados Unidos no afectan de la misma manera a todas las empresas, ya que el impacto varía según el tipo de fabricante y su integración regional.
Padilla señaló que las complejidades relacionadas con el cumplimiento de las regulaciones del Registro Federal en Estados Unidos, así como las diversas órdenes ejecutivas, han dificultado la adaptación a las normas del T-MEC. En este sentido, hizo un llamado a la Secretaría de Economía para facilitar el comercio en México.
El director de la INA enfatizó la importancia de proteger y modernizar el programa de fomento a las exportaciones, conocido como INMEX. A pesar de los abusos que se han reportado en este programa, no se debe estigmatizar a sectores que son estratégicos para la economía nacional.
Por su parte, Daniel Romero, presidente del Comité Automotriz de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra) en Querétaro, también abordó los desafíos actuales. Afirmó que, aunque ha habido una mejora en el desempeño de la industria en los últimos meses, persisten ineficiencias significativas en las cadenas logísticas.
Romero destacó los retrasos en los procesos aduaneros, que ahora están tomando más tiempo, complicando la liberación de mercancías en puertos clave como Manzanillo y el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA). Esta situación ha llevado a las empresas automotrices a aumentar sus inventarios, lo que implica un estancamiento del capital de trabajo. Con menos barreras, la producción podría ser más continua y eficiente.
La industria automotriz mexicana, esencial para la economía del país, debe enfrentar una serie de retos en un contexto global cambiante. A medida que se aproxima la revisión del T-MEC, la colaboración entre el sector privado y el gobierno será crucial para superar las dificultades actuales y asegurar un futuro más sólido para esta vital industria.
