La inflación en México registró un leve incremento en agosto, alcanzando un 3.57% anual, superando el 3.51% de julio, según datos del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC). Este aumento marca dos meses dentro del rango de variabilidad establecido por el Banco de México (3% ± 1%), luego de haber sobrepasado el límite superior durante dos meses consecutivos.
Los analistas advierten que el principal motor de esta presión inflacionaria es el componente alimentario, lo que mantiene en alerta tanto al sector empresarial como a la política monetaria. La inflación subyacente, que refleja las tendencias a largo plazo, se mantuvo estable en un 4.23% anual, igual que en julio, con servicios incrementándose un 4.4% y mercancías un 4.05%. Notablemente, los alimentos, bebidas y tabaco experimentaron el aumento más persistente del año, pasando de 3.79% en enero a 5.16% en agosto, afectando directamente el consumo de los hogares.
Presiones alimentarias y expectativas
Por otro lado, la inflación no subyacente se situó en 1.38% anual, en comparación con el 1.14% de julio. Dentro de este índice, los productos agropecuarios aumentaron un 1.21%, mientras que los energéticos y tarifas reguladas por el gobierno incrementaron un 1.51%. Según Alejandro Javier Saldaña, del grupo financiero B×+, “el entorno actual exige más prudencia en las acciones de Banxico, ya que la inflación subyacente continúa elevada a pesar del bajo dinamismo económico”.
Saldaña también destacó que el tono laxo en las proyecciones del banco central y la posibilidad de que la Reserva Federal de EE.UU. ajuste su postura monetaria anticipan al menos otro aumento de 25 puntos base en la tasa objetivo para este año. Mientras tanto, Laura Díaz, analista de Grupo Banamex, proyecta una inflación general y subyacente de 4.0% y 3.9% al cierre de 2025, respectivamente.
Diferencias regionales y sectores afectados
El Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA) señala que el sector hortofrutícola ha mostrado contrastes significativos, cayendo un 8.04%, mientras que el sector pecuario redujo su aumento de 10.29% en julio a 8.35% en agosto, marcando su primera corrección significativa en 10 meses. El jitomate, con una caída del 11.46% mensual, se vio favorecido por una mayor oferta interna y ajustes en exportaciones tras la fijación de precios mínimos.
En la Ciudad de México, el jitomate se cotizó a un promedio de $24.01/kg, mientras que la cotización de exportación bajó de $19.36/kg en julio a $16.91/kg en agosto. En contraste, el pollo cayó un 4.62%, con la pechuga ubicada en $138.05/kg, aunque el GCMA advirtió que un brote de influenza aviar podría revertir esta baja. Por su parte, la carne de res aumentó un 0.67%, con incrementos de hasta 4.9% en bistec.
Las tasas de inflación también mostraron diferencias regionales; San Luis Potosí y Durango fueron los estados con mayor inflación en agosto, alcanzando un 4.4%, mientras que Baja California Sur (2.4%) y Tabasco (2.6%) registraron las menores tasas.
El GCMA advierte que, aunque las caídas en los precios de jitomate y pollo han contribuido a frenar la inflación general, estas reducciones no son sostenibles. La combinación de precios mínimos de exportación, ajustes en la oferta de pollo y las proyecciones de aumento en la carne de res anticipan que la inflación continuará bajo presión por los alimentos en los próximos meses, limitando así el margen de maniobra de Banxico para flexibilizar su política monetaria a corto plazo.
