A pesar de que septiembre es conocido como el mes más activo de la temporada de huracanes, el Atlántico y el Caribe están experimentando una calma sorprendente. Hasta el momento, solo se ha formado un huracán —Erin— en un periodo donde se esperaban hasta diez sistemas, según el Centro Nacional de Huracanes (NHC).
Factores que limitan los ciclones tropicales
La razón principal de esta tranquilidad radica en la alta concentración de polvo del Sahara que mantiene la atmósfera seca, según Fabían Vázquez, coordinador del Servicio Meteorológico Nacional (SMN). “Para que se forme un ciclón tropical, la superficie debe estar caliente, la atmósfera húmeda y los vientos en altura no deben ser intensos”, explicó.
El meteorólogo José Martín Cortez agregó que, aunque las temperaturas del mar oscilan entre 27 y 30°C, los fuertes vientos en la atmósfera han desorganizado los sistemas en formación: “La intensidad del viento impide que las nubes sigan desarrollándose, lo que afecta la rotación del ciclón”.
Además, hay aire seco en varias zonas del Atlántico y un patrón atmosférico en África que limita el ascenso normal del aire, obstaculizando la formación de nubosidad.
Proyecciones para las próximas semanas
Hasta ahora se han formado seis ciclones en la temporada, pero se prevé un mínimo de 13 ciclones antes de noviembre. Vázquez advirtió que el Golfo de México es la región a vigilar debido a sus temperaturas elevadas y la interacción con frentes fríos, que pueden generar condiciones favorables para el desarrollo de ciclones.
Cortez subrayó que, en los próximos siete días, la probabilidad de formación de un ciclón en el Atlántico o el Caribe es “muy poco probable, si no es que cero”. Sin embargo, podría haber cambios con sistemas cercanos a la península de Yucatán.
Mientras tanto, el Océano Pacífico podría ver más actividad, con la posibilidad de la formación de un ciclón que afecte varios estados de México con fuertes lluvias, lo que podría desviar la atención de los meteorólogos hacia esa región.
