En un desarrollo crucial para el sector energético mexicano, Pemex ha anunciado un aumento del 86.8% en su inversión, alcanzando un total de 308 mil 321 millones de pesos para proyectos en el sector de petróleo y electricidad. De esta cantidad, la paraestatal, bajo la dirección de Víctor Rodríguez, se quedará con 247 mil 230 millones de pesos, lo que representa el 80.2% del total.
Inversión en refinación y retos financieros
Una parte significativa de esta inversión se destinará a la reparación y mantenimiento de las refinerías en México, incluyendo las de Salamanca, Minatitlán, Madero, Cadereyta, Salina Cruz y Tula. Sin embargo, a pesar de estos planes, la situación financiera de Pemex sigue siendo precaria. Según el titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Edgar Amador, se proyecta que los ingresos de Pemex crecerán casi un 30% hasta alcanzar 971 mil 700 millones de pesos, a pesar de que se anticipa un precio promedio del crudo de 54.9 dólares por barril y un incremento del 4.7% en la producción de petróleo.
Aunque las metas de producción y los ingresos esperados son optimistas, no se ha revelado el cálculo financiero que respalde la rentabilidad de los proyectos de exploración y transformación de crudo. Esto genera dudas sobre la viabilidad a largo plazo de las inversiones, especialmente considerando las pérdidas acumuladas por proyectos como Dos Bocas, que ha enfrentado costos excesivos y eficiencia por debajo del 30%.
El dilema de la deuda y la producción
La realidad es que sin un margen de utilidad claro, la deuda financiera de Pemex podría volver a crecer, afectando la producción debido a los impagos a proveedores y prestadores de servicios. Actualmente, la empresa se enfrenta a un adeudo de 22 mil millones de dólares, lo que plantea serios retos para su sostenibilidad. Desde Palacio Nacional, la narrativa se enfoca en que “Pemex es de pueblo y no tiene fines de lucro”, pero sin utilidades, la situación se torna cada vez más complicada.
Mientras tanto, otras entidades como Banca Mifel continúan expandiéndose en el competitivo sistema bancario mexicano, creciendo un 19% en activos y captación desde el fin de la pandemia. Con una estrategia que combina crecimiento orgánico y adquisiciones, Mifel se posiciona como el banco número 12 del sistema, mostrando un índice de capitalización del 16.61%, lo que le otorga flexibilidad ante posibles turbulencias económicas.
En conclusión, mientras Pemex busca revitalizarse a través de una inversión masiva, su futuro depende de equilibrar la rentabilidad con la gestión de su creciente deuda, un desafío que exigirá tanto estrategia como transparencia en la ejecución de sus proyectos.
