Un ataque aéreo israelí en Doha, Catar, ha generado una fuerte condena internacional tras dejar varios dirigentes de Hamás muertos. Según información de CNN, el bombardeo tuvo como objetivo a líderes de la organización que se encontraban en un edificio residencial; entre los fallecidos se encuentran Hamam Khalil al Hayya, hijo del jefe negociador Khalil al Hayya, y Yihad Labad, director de su oficina. Aunque Israel buscaba eliminar a Khalil al Hayya, fuentes de Hamás confirmaron que el negociador principal sobrevivió.
El ataque se produjo en un momento crítico, justo cuando se revisaba una propuesta de alto el fuego presentada por Estados Unidos, complicando aún más las ya tensas negociaciones de paz en la región. El primer ministro catarí, Mohammed Bin Abdulrahman al Thani, calificó la acción de “una agresión flagrante” y advirtió que su país se reserva el derecho de responder ante cualquier violación de su soberanía.
Reacciones desde Asia-Pacífico
La respuesta internacional fue inmediata. La ministra de Asuntos Exteriores de Australia, Penny Wong, calificó el ataque como “una decisión equivocada” que compromete los esfuerzos de Qatar y Estados Unidos para lograr un alto el fuego. La canciller neozelandesa, Winston Peters, también se pronunció, afirmando en X que “la violencia debe terminar”.
El primer ministro de Malasia, Anwar Ibrahim, condenó enérgicamente el ataque y lo describió como un “acto de agresión injustificado”, mientras que el presidente de Maldivas, Mohamed Muizzu, lo tildó de “cobarde”, instando a la comunidad internacional a responsabilizar a Israel. Por su parte, el Ministerio de Exteriores de Indonesia consideró el ataque como “una grave amenaza para la seguridad y la paz regional” y pidió una respuesta global.
Desde India, se expresó una profunda preocupación, pero se evitó una condena directa, pidiendo moderación. El primer ministro de Pakistán, Shehbaz Sharif, lo calificó de “totalmente injustificado” y una “provocación peligrosa”, confirmando que habló con el emir para expresar solidaridad.
La postura de Donald Trump
En medio de esta crisis, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, buscó enviar un mensaje de respaldo al emir de Catar durante una llamada telefónica, expresando su condena al ataque y reafirmando que Qatar es un aliado estratégico de su país. Trump subrayó la importancia de las soluciones diplomáticas para resolver los conflictos en la región.
No obstante, Trump también se deslindó de la decisión, señalando que fue tomada por el primer ministro Netanyahu, y que Washington se enteró tarde de la operación. Este hecho ha generado malestar dentro de su administración, ya que no hubo tiempo suficiente para advertir a Catar antes del ataque, dejando a la Casa Blanca en una posición complicada.
La situación en Doha refleja una vez más la complejidad de las relaciones internacionales y la fragilidad de la paz en la región, donde cada decisión puede tener repercusiones significativas en el equilibrio geopolítico.
