Las autoridades de la Franja de Gaza han confirmado que la ofensiva militar de Israel ha dejado más de 64,800 palestinos muertos desde el 7 de octubre de 2023, tras los ataques iniciales que desataron esta crisis humanitaria. En un comunicado, el Ministerio de Sanidad de Gaza reportó que el número de heridos supera los 164,200, un drama que se agrava con cada nuevo bombardeo.
El escalofriante balance de la agresión
El último informe del ministerio señala que solo en las últimas 24 horas, se han registrado 47 nuevos decesos y 205 heridos a causa de los ataques israelíes. Llama la atención que entre los fallecidos se encuentran cinco palestinos que fueron tiroteados por las tropas israelíes mientras intentaban acceder a ayuda humanitaria, lo que eleva el total de muertes en este contexto a 2,484 desde que comenzó la ofensiva, con 18,117 heridos.
No cabe duda de que la situación es crítica. Desde el 18 de marzo, fecha en que Israel rompió el alto al fuego pactado con Hamás, se han reportado 12,253 muertos y 52,223 heridos. Los esfuerzos internacionales por lograr un nuevo acuerdo aún no han dado frutos, lo que deja a la población de Gaza en una situación desesperante.
Hambruna y desnutrición
La crisis alimentaria se suma al sufrimiento generalizado; en el último día, siete palestinos, incluidos dos niños, han muerto de hambre y desnutrición. Este dato es alarmante, ya que el total de muertes por estas causas asciende a 420, de las cuales 145 son niños. Desde agosto, el norte de la Franja ha sido declarado zona de hambruna por la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (IPC), una etiqueta que refleja la gravedad de la crisis.
Ante esta catástrofe, el Ministerio de Sanidad de Gaza ha hecho un llamado urgente a la donación de sangre, advirtiendo sobre la “grave escasez” que enfrentan los hospitales del enclave. “El tipo de lesiones graves que llegan a los hospitales requiere unidades de sangre adicionales para salvar vidas”, enfatizó el ministerio, que también subrayó la reducción en donaciones debido a la hambruna y desnutrición que azotan a la población.
La realidad es que la comunidad internacional enfrenta un dilema crítico al observar estos eventos, mientras la población de Gaza clama por ayuda y un alto al fuego efectivo que detenga el sufrimiento en el enclave.