Las mujeres que participan en el comercio pequeño en Tijuana destinan hasta un 30% de su tiempo a tareas domésticas o responsabilidades como jefas de familia, lo que se traduce en una segunda jornada laboral sin remuneración. Este fenómeno, según Mónica Alfaro Reyes, presidenta de la Cámara Nacional del Comercio en Pequeño de Tijuana (Canacope), refleja la carga mental y física que enfrentan al salir de sus actividades laborales.
Una doble jornada laboral
Alfaro Reyes señala que muchas mujeres, al finalizar su jornada como comerciantes, inician otra en casa que incluye la preparación de alimentos, el cuidado de los hijos y la organización del día siguiente. Esta situación ocupa un espacio importante de su tiempo y energía. “La mujer, aparte del rol de empleada o líder, tiene un rol que es el doméstico, cuando sale de su jornada laboral empieza otro trabajo que no es remunerado, y que se estima que es un 30% de horas semanales, casi una jornada más”, mencionó.
La realidad es que esta carga adicional ha llegado a influir en las oportunidades laborales dentro de empresas formales, donde algunas políticas internas consideran estas responsabilidades como una distracción o desventaja. No cabe duda de que este desafío afecta la inserción de las mujeres en el mercado laboral.
Ventajas del comercio pequeño
Pese a las dificultades, Alfaro Reyes resalta que el comercio pequeño, o aquel establecido en casa, ofrece a muchas mujeres la ventaja de equilibrar su rol de madre y emprendedora desde un mismo espacio. En el sector que representa, es común encontrar negocios operados desde el hogar, lo cual facilita a las mujeres generar ingresos sin dejar de estar pendientes de su familia.
“Culturalmente, la mujer comerciante ha demostrado ser más efectiva en la gestión del negocio y del hogar, gracias a su capacidad de organización y adaptación. En el sector comercio ahí sí le llevamos ventaja, la comerciante por naturaleza es más efectiva, porque le permite llevar los dos roles en negocios que están en la misma casa para generar sus ingresos y estar al pendiente de la familia”, destacó.
Aunque persisten desafíos en cuanto a equidad laboral, Alfaro Reyes afirmó que el comercio en pequeño ha sido una vía que permite a muchas mujeres cumplir con ambos roles, aunque con una carga de trabajo que no siempre es reconocida en su valor real. Este escenario, sin duda, merece atención y acción para mejorar las condiciones de trabajo y la calidad de vida de las mujeres que mueven la economía local.