La reciente modificación en la política comercial de México hacia China conlleva riesgos significativos que podrían impactar de manera adversa la economía del país. Este cambio en las tarifas arancelarias podría dar lugar a cuatro consecuencias negativas que merecen un análisis detenido.
En primer lugar, México ha adaptado su estructura económica para posicionarse como un exportador neto de manufacturas. Esto requiere acceso a productos de calidad y a costos competitivos. La imposición de aranceles a las importaciones chinas incrementa los costos de producción, lo que afecta la competitividad de las exportaciones mexicanas y las obliga a centrarse en la disputa del mercado interno en lugar de fortalecer las cadenas de valor.
En segundo lugar, la aplicación de aranceles a más de 1,400 fracciones aduaneras de productos chinos y otros países de Asia genera un clima de incertidumbre para los inversionistas. Las empresas son reacias a invertir en un mercado donde no pueden asegurar la venta de sus productos, especialmente dado que México se ha consolidado como un centro manufacturero clave en América.
Además, el aumento en los aranceles de importación podría provocar una inflación, ya que muchos de los productos gravados no cuentan con sustitutos en el mercado local o no se producen en el país. Esto afectará directamente el poder adquisitivo del consumidor mexicano.
Por último, se prevé un resurgimiento del contrabando. Los aranceles elevados en artículos como calzado, textiles y juguetes incentivarán prácticas ilícitas, incluyendo la subfacturación y la entrada ilegal de mercancías, fenómenos que ya se habían observado anteriormente.
Todos los sectores económicos de México sufrirán las consecuencias de estos aranceles. Entre los productos más afectados se encuentran aquellos que llegan directamente al consumidor, como ropa y juguetes. También se verá un impacto en la industria del acero y el aluminio, esenciales para la producción de autopartes y componentes. Además, el sector de la electromovilidad, donde China lidera en tecnología, podría verse gravemente perjudicado al limitar su acceso a estas importaciones.
Respecto a las inquietudes sobre prácticas comerciales desleales o dumping, Pola Grijalva menciona que si este es el problema, existen mecanismos claros dentro de la Ley de Comercio Exterior de México, como las investigaciones antidumping, que permiten evaluar cómo los subsidios pueden afectar a la industria nacional de manera específica.
La Chamber China México y sus colaboradores están llevando a cabo esfuerzos coordinados con diversas industrias, incluyendo fabricantes de maquinaria y distribuidores de automóviles, para dialogar con las autoridades sobre la necesidad de reconsiderar los aranceles impuestos.