Los pescadores de langostas en los Cayos de Florida están enfrentando una crisis sin precedentes debido a redadas de inmigración y aranceles que amenazan su sustento. Según EL PAÍS, las jornadas de trabajo son largas y extenuantes, comenzando a la 1 de la madrugada y concluyendo hasta las 18:00 horas, donde cada tripulación puede manejar hasta 500 nasas de 70 kilos. Este trabajo, aunque esencial para la economía local, resulta brutal y peligroso, con una coreografía precisa entre los miembros de la tripulación, donde cada uno tiene su tarea específica.
Impacto de las redadas en la pesca
Mientras la temporada de pesca comercial de langostas comienza, las operaciones de la Patrulla Fronteriza se han intensificado, abordando embarcaciones y arrestando a tripulantes, independientemente de su estatus migratorio. Jerome Young, un capitán con tres generaciones de experiencia, compartió cómo su barco fue abordado y sus cuatro pescadores nicaragüenses fueron arrestados. Este tipo de redadas ha instaurado un ambiente de miedo entre los pescadores inmigrantes, quienes han recurrido a aplicaciones como WhatsApp para alertar sobre puntos de control migratorios.
Las autoridades justifican sus acciones afirmando que “abordan rutinariamente embarcaciones en busca de inmigrantes ilegales”, pero la realidad es que este clima de hostilidad ha dificultado aún más la ya complicada vida de los pescadores, obligándolos a permanecer en tierra con sus barcos amarrados y las nasas listas, pero sin mano de obra.
Desafíos económicos y gentrificación
La falta de tripulación está afectando gravemente a la industria pesquera. Muchos capitanes comentan que es cada vez más difícil conseguir trabajadores, especialmente con el alto costo de vida en los Cayos de Florida y la gentrificación que eleva los precios de las propiedades. Esta crisis no solo impacta a los pescadores, sino también a los armadores, que enfrentan dificultades operativas por la escasez de mano de obra y los aranceles impuestos por la administración de Donald Trump.
El mercado de la langosta en Asia y Europa es crucial para la industria, pero la incertidumbre generada por los aranceles ha llevado a los compradores a limitar sus adquisiciones. Un capitán de barco explicó que los compradores en China están temerosos de que los aranceles continúen en aumento, lo que pone en riesgo sus inversiones.
La crisis que enfrentan los pescadores de langostas en los Cayos de Florida refleja un problema mayor, donde la lucha por el sustento se entrelaza con políticas migratorias y económicas que complican aún más su día a día. La situación es un recordatorio de las dificultades que enfrenta esta comunidad, que ha estado ligada a la pesca por generaciones y que ahora se encuentra en la cuerda floja.