Renault ha tomado una decisión drástica: se desmarca de Alpine para revitalizar su imagen deportiva. El CEO Luca de Meo ha liderado un cambio significativo en la compañía, pero la reciente trayectoria de Alpine en la Fórmula 1 ha sido motivo de replanteamiento. Este giro busca recuperar protagonismo en el ámbito automovilístico y dejar atrás el mal sabor de boca que ha dejado la marca en los circuitos.
El legado de Renault Sport
Las siglas RS (Renault Sport) han sido sinónimo de emoción y vehículos con carácter durante años. Modelos icónicos como el Clio RS y el Mégane RS dejaron una huella imborrable en los aficionados al automovilismo. Sin embargo, con la llegada de De Meo, se optó por cerrar la división de Renault Sport y trasladar su legado a Alpine, una decisión que no fue bien recibida por todos.
El resultado fue la creación de acabados como el Esprit Alpine, que ofrecían más imagen que prestaciones, generando descontento entre los clientes que anhelaban un verdadero Renault deportivo. A pesar de que estos acabados cumplían su función comercial, muchos se quejaron de que no ofrecían la emoción esperada.
Un futuro incierto para Alpine
El último modelo que lució con orgullo las siglas RS fue el Mégane RS Ultime, marcando el cierre de una saga histórica. Con la desaparición del Mégane térmico y el paso hacia la electrificación, la división deportiva quedó oficialmente cerrada, aunque nunca se habló de un adiós definitivo. Sin embargo, la mala reputación de Alpine en la competición ha reavivado rumores sobre el futuro de Renault en el deporte.
Durante el Salón de Múnich 2025, Fabrice Cambolive, director ejecutivo de Renault, admitió que están evaluando nuevas propuestas para su línea deportiva. Según sus palabras, en los próximos 12 meses podrían surgir proyectos concretos que den vida a una nueva era deportiva para la marca.
Las opciones que tiene Renault son claras: regresar a los deportivos térmicos que tanto éxito le dieron, o apostar por modelos eléctricos de altas prestaciones. La clave estará en encontrar un equilibrio entre costos, demanda y regulaciones. La marca busca un producto que no se limite a ser de nicho, sino que tenga el volumen suficiente para justificar su existencia en el mercado.
En este contexto, Renault se enfrenta a un desafío monumental: recuperar su esencia deportiva y conectar nuevamente con los aficionados que han sido parte de su historia. La expectativa es alta, y todos los ojos estarán puestos en cómo se desarrollen los próximos meses en la automotriz francesa.
